Existen diversos tipos de amores: eternos, prohibidos, apasionados, distantes y los considerados “extraños”. Tal es el caso de una mujer llamada Adie Timmermans que tiene prohibida la entrada a un zoo después de desarrollar una estrecha y larga relación con un chimpancé.
El nombre del primate es “Chita”, tiene 38 años y llegó al zoológico de Amberes, Bélgica, hace treinta años. Durante los últimos cuatro, la mujer no faltó ni una sola semana a su cita, algo que ha hecho que en su corazón se crearan fuertes lazos de apego hacia el animal, relata People.
“Amo a este animal, y él me ama a mí. No tengo otra cosa en el mundo. ¿Por qué me lo quieren quitar? Sólo diré que estamos teniendo un affair”, dijo Adie, sin un atisbo de vergüenza, en una entrevista con ATV.
Según explican los medios, el romance entre la mujer y el chimpancé consistía en saludarse y lanzarse besos de un lado al otro del vidrio que está destinado a proteger al animal.
Pero la “relación” creó algunos problemas. Entre otras cosas, sucede que le arrebató la vida social a Chita ya que, como indicaron expertos del lugar, el primate tuvo serias dificultades para encajar con su grupo. De hecho, ha sido constantemente marginado dentro de su comunidad.
“Los otros monos lo ignoran y no lo consideran parte de su grupo, aunque es importante que lo sea por su bienestar”, explicó una cuidadora del lugar. Y detalló: “Cuando no son horas de visita, se queda aislado y completamente solo”.
“Cuando un animal está demasiado enfocado en las personas, sus compañeros le respetan menos. Queremos que Chita continúe siendo un chimpancé en la medida de lo posible”, agregó el portavoz del zoo.
La fascinación de Chita con los humanos es fácil de comprender, ya que antes de ingresar al zoológico, era un animal doméstico. Es por eso -y, en definitiva por el bien del animal- que el establecimiento prohibió que Adie Timmermans vuelva a verlo, reporta People.
¿Como está la mujer? Completamente desolada. “No tengo nada más”, le contó a los medios que se interesaron en su historia. “¿Por qué me quieren quitar eso?”, se pregunta, al tiempo que considera muy injusta la decisión en tanto Chita continúa recibiendo visitas de otras personas.
A pesar de los esfuerzos que están haciendo los expertos del zoológico para que el animal se reintegre con sus compañeros, creen que es casi imposible que él lo logre pues hace muchos años que está en cautiverio expuesto al público.