El historiador Gergerly Barki descubrió de una manera muy curiosa la existencia de una reliquia viendo la película Stuart Little. Estaba viendo la película con su hija cuando notó una escena que lo dejó perplejo. Al principio, no pudo creer lo que veía, pero luego se convenció de que era real.
El historiador húngaro se encontraba viendo la película de 1999 sobre un ratoncito que cautivó a pequeños y adultos. En un momento, notó algo familiar: una pintura buscada durante décadas. Conocida como “Mujer dormida con jarrón negro” de Róbert Berény, esta obra había desaparecido en 1928.
Gergely, entonces trabajando en el Museo Nacional de Hungría, quedó atónito al ver la obra detrás de los personajes interpretados por Geena Davis y Hugh Laurie. La pintura, una de las más buscadas desde los años 20, solo había sido vista por él en fotografías antiguas en blanco y negro.
“No podía creer lo que veían mis ojos”, dijo a New York Post. La emoción no fue momentánea; la pintura apareció en varias escenas, confirmándole que no estaba soñando. Fue un momento de felicidad indescriptible.
Después de asegurarse de lo que había visto, Barki contactó a la productora para saber más sobre la pintura. Una ayudante de decoración reveló que la había comprado por 500 dólares en una tienda de segunda mano en California, pensando que encajaría perfectamente en el set de la película.
La historia detrás del cuadro fascinó a la ayudante, quien desconocía su origen húngaro y su historia perdida. Según los expertos, la obra pudo haber sido comprada en 1928 en una exposición, pero nunca se registró la transacción. Se especula que el comprador inicial podría haber sido una persona de origen judío que huyó durante la Segunda Guerra Mundial.
Tras aparecer en la película, la obra fue subastada en Budapest, donde un coleccionista privado la adquirió. Posteriormente, fue vendida nuevamente por 110.000 euros.