Las Fuerzas Armadas de Rusia llevan adelante ejercicios militares a gran escala y la tensión en la frontera con Ucrania ve en aumento, en lo que parece ser una reedición de la Guerra Fría.
No obstante, una de las situaciones más curiosas que llamó la atención de propios y extraños fue la movilización de diferentes unidades blindadas de inflables. Así es, inflables.
Fotos tomadas en puntos periféricos a Moscú registraron tanques de guerra, camiones armados con misiles, tiendas de campaña y hasta aviones MIG-31 hechos de polietileno e inflados con aire; como si se tratara de juguetes para una gigantesca pileta.
Sin embargo, lo que parecieran ser escenas para una película cómo en realidad se trata de tácticas de guerra: los denominados señuelos de Putin, que pueden inflarse en minutos, fueron vistos en bosques cercanos a la capital Moscú esta semana y desde el propio Ejército ruso afirmaron que “es casi idéntico al original gracias al uso de materiales especiales”. Se trata del 45º Regimiento de Camuflaje de Ingenieros “armado con el equipo más inusual del ejército ruso”.
“También tiene el mismo fondo de radiación para que un enemigo no se dé cuenta del engaño”, detalló la institución. El objetivo es claro: confundir al enemigo.
Rusbal, la compañía detrás de las fuerzas explosivas, dijo que el costo de engañar al enemigo es una fracción de comprar el armamento real y entre los elementos desplegados hay aviones de guerra, camiones equipados con misiles y cohetes de largo alcance, carpas e incluso hasta una base.
Los hay con el clásico color verde militar, pero también están en blanco para camuflarse en la nieve y su parecido con los modelos originales es asombroso.