Este fin de semana, un acontecimiento extraordinario sorprendió a los pasajeros de cinco vuelos comerciales sobre el océano Atlántico. Una potente corriente de viento impulsó las aeronaves a velocidades supersónicas, superando los 1.200 km/h y acelerando significativamente sus trayectos de oeste a este.
Los vuelos 22 de Virgin Atlantic Airways, 292 y 216 de British Airways, 64 de United Airlines y 120 de American Airlines fueron los protagonistas de este fenómeno sin precedentes. Impulsados por vientos excepcionales, superaron su velocidad de crucero habitual de 925 km/h, permitiendo una llegada anticipada a sus respectivos destinos.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos informó sobre vientos registrados a una altitud de 35.000 pies, con velocidades de hasta 426 km/h sobre Washington. Estas condiciones, inusualmente favorables, proporcionaron un fuerte impulso a las aeronaves en su ruta hacia el este.
A pesar de la notable aceleración, los pasajeros a bordo no reportaron cambios significativos en la cabina. Sin embargo, los expertos advierten sobre la posibilidad de experimentar episodios de turbulencia en situaciones similares.
El vuelo 22 de Virgin Atlantic, que cubría la ruta de Washington a Londres, alcanzó velocidades de hasta 1.290 km/h al este de Long Island, llegando a su destino 32 minutos antes de lo previsto. Los pasajeros, como Michelle, describieron el fenómeno como pasajero y sin impacto evidente en la cabina.
Los vuelos de British Airways también experimentaron un aumento en la velocidad, con llegadas anticipadas de 32 y 20 minutos en las rutas de Washington a Londres. El vuelo de United Airlines desde Newark a Lisboa alcanzó una velocidad máxima de 1.343 km/h, llegando 20 minutos antes de lo programado. “Hubo algunos breves momentos de turbulencia pero el capitán nunca encendió la señal de abrocharse el cinturón. Por nuestra llegada anticipada estuvimos dando vueltas alrededor de Heathrow a la espera” de autorización para aterrizar” comentó una de las pasajeras a un medio británico.
El vuelo 120 de American Airlines desde Philadelphia hasta Doha alcanzó los 1.351 km/h, proporcionando una llegada puntual a pesar de un retraso inicial. Una vez fuera de la corriente, las velocidades de las aeronaves volvieron a niveles normales, alrededor de 965 km/h.
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