Vestidos con trajes de seguridad y con equipos en la mano para detectar coronavirus, unos 1.800 brigadistas comenzaron un inédito rastrillaje a pie por barrios de La Paz para tratar de evitar un desborde de la pandemia.
La campaña, que comenzó el viernes, continúa el fin de semana y será replicada dentro de una semana con la meta de alcanzar a 108.000 familias, realizar unas 20.000 pruebas rápidas de Covid-19 y entregar unos 100.000 “kits” de medicamentos.
Para tal fin, todas las actividades públicas y privadas fueron suspendidas en La Paz, así como el transporte público de pasajeros.”De este ‘megarrastrillaje’ puede depender que volvamos lo más pronto posible a nuestras actividades normales en La Paz”, explica el alcalde Luis Revilla.
Esta es la primera cruzada de su tipo desde que se detectaron en marzo en Bolivia los primeros casos de coronavirus, que a la fecha contagió a más de 106.000 personas y dejó más de 4.300 muertos, en una población de 11 millones.
En el barrido participan personal sanitario, militares y voluntarios, entre ellos la estudiante de medicina Paula Alejandra Maza, a quien le tocó visitar el barrio de Tembladerani, en una ladera de la ciudad andina.
Decidió sumarse a la cruzada “al ver tantas personas contagiadas”, dice a la AFP. De hecho el coronavirus también llegó a su casa: “Tengo familiares que se han contagiado”.Ésta “es una forma de ayudar, para sentirse igual bien, es una satisfacción propia”, agrega.
Los brigadistas visten trajes de bioseguridad y mandiles para protegerse, así como barbijos y, en algunos casos, protectores faciales plásticos para evitar contagios.
Su tarea es entrevistar al jefe de hogar, saber si alguien de la familia está enfermo o tiene síntomas como fiebre, gripe o dolor de garganta. Si hay alguna patología, en esa casa se realizan pruebas rápidas y gratuitas de Covid-19.Con una aguja se le pincha un dedo y las gotas de sangre se colocan en un aparato con reactivos.
De dar positivo al coronavirus, se le entrega de manera gratuita un kit de medicamentos, consistente en ivermectina, azitromicina, ibuprofeno, aspirinas, antigripales y omeprazol.
En el mismo barrio fue sometido a un nuevo examen Willy Wilfredo Huayna Tambo, diseñador gráfico de 45 años, que logró superar la enfermedad. La vez anterior tuvo que pagar por la prueba 350 bolivianos, unos 50 dólares.
”Es una enfermedad silenciosa, nos está golpeando muy duro”, dice Huayna, satisfecho de haber superado la dura prueba, aunque apesadumbrado porque su madre aparentemente también contrajo la Covid-19.
”Me parece que ha agarrado la enfermedad, pero no se ha hecho ninguna prueba. Casi fallece, estábamos de pena, pero gracias a Dios ha vencido y está bien con nosotros”, señala.
El departamento de La Paz registró en los últimos días un incremento sostenido de casos de coroanvirus, por lo que ahora es la segunda región más afectada del país, después de Santa Cruz (este).
La Paz acumula más de 27.300 infectados y más de 520 fallecidos y se prevé que los tenebrosos guarismos sigan subiendo.”Estamos en una fase fuerte de la pandemia, es una fase comunitaria, exponencial y sostenida. La cantidad de casos por día está entre 800 y 1.000 y esto nos ha saturado el sistema de salud”, dice el director regional de Salud, Ramiro Narváez, a la AFP.
”Es importante intentar frenar esta fase exponencial y por eso identificar los casos, aislarlos y tratarlos para evitar que se compliquen y nos sobresaturen el sistema de salud”, agrega.
El gobierno boliviano decretó en marzo una cuarentena en todo el país, con el cierre de fronteras para frenar la pandemia. La medida fue flexibilizada el 1 de junio y dejó en manos de alcaldías y gobernaciones regionales aplicar medidas a nivel local.