Un grupo de arqueólogos trabajaban a las afueras de la ciudad de Alejandría, Egipto, tratando de encontrar el cementerio de Cleopatra en Taposiris Magna. En su búsqueda, que aún continua, inspeccionaron un templo y pudieron descubrir 16 cámaras funerarias humanas, en las que dos de las momias poseen lenguas de oro, según informó el medio “New York Times”.
Según la declaración del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, estas lenguas doradas estaban destinadas a garantizar que las personas fallecidas pudieran “hablar en la otra vida”. Es decir, conectarse con el más allá.
Las 16 cámaras con sus restos fueron descubiertas en el templo de Taposiris Magna, que se localiza al suroeste de Alejandría, en la costa mediterránea de Egipto. Allí mismo, los arqueólogos también encontraron otros artefactos dorados, incluida una máscara funeraria con escamas de oro dispuestas en forma de corona y algunas decoraciones del precioso material que representan a Osiris, el antiguo dios egipcio de los muertos.
¿Por qué la lengua de oro?
Durante la época de los faraones, el oro se usaba a menudo para decorar las máscaras funerarias de gobernantes como el rey Tutankamón. Además, había sido moldeado para encerrar los dedos de las manos y los pies de los muertos.
“Ya se han encontrado lenguas doradas en restos egipcios antes”, subraya Jennifer Houser Wegner, curadora de artefactos egipcios en el Museo Penn en Filadelfia, y continuó “es que para los egipcios, el oro era un material que tenía cualidades de perdurabilidad”.
Según el ministerio de antigüedades, las lenguas encontradas en Taposiris Magna estuvieron concretamente destinadas a ayudar al difunto a conversar con Osiris en su camino hacia la otra vida.
Las momias encontradas allí no estaban particularmente bien conservadas, pues se remontan a un período de hace más de 2000 años, cuando Egipto fue gobernado por macedonios griegos y más tarde por romanos. El templo en sí, según el ministerio, parece haber sido construido durante el reinado del rey Ptolomeo IV, un rey macedonio que gobernó en el siglo III a. C.
Una lengua dorada no necesariamente hace referencia a entierros de élite durante los períodos ptolemaico y romano, explica Lorelei H. Corcoran, directora del Instituto de Arte y Arqueología Egipcia de la Universidad de Memphis.
“Dentro de un contexto funerario egipcio, su referencia es al Hechizo 158 del Libro de los Muertos, que asegura que el difunto tiene la capacidad de respirar y hablar, así como de comer y beber, en el más allá”, agrega el doctor Corcoran. “Puede combinarse con la práctica funeraria griega de colocar una moneda sobre o en la boca del difunto como pago por el barquero, Caronte, que transportó al difunto a través del río Estigia al inframundo”.
El equipo de arqueólogos que encontró las 16 tumbas en Taposiris Magna fue dirigido por Kathleen Martínez, una abogada convertida en arqueóloga aficionada de República Dominicana, y ha estado trabajando durante años para encontrar la tumba de Cleopatra, centrando sus esfuerzos en Taposiris Magna.
Todavía esperan encontrar el cementerio de Cleopatra en Taposiris Magna, quien reinó desde Alejandría y se dice que murió allí, aunque aún no ha aparecido. “El objetivo declarado de la misión egipcio-dominicana es encontrar el entierro de Cleopatra en Taposiris Magna”. Muchos eruditos creen, sin embargo, que el lugar de enterramiento de Cleopatra estaba dentro de un complejo funerario real, quizás asociado con el distrito del palacio, ahora perdido bajo el agua en el puerto de Alejandría”, concluyó la directora del instituto, Corcoran.