Barcelona se convirtió en el epicentro de una serie de protestas contra el turismo masivo, siguiendo la tendencia ya vista en Canarias y Mallorca. Este fin de semana, más de 150 organizaciones y movimientos sociales se unieron para manifestarse contra la creciente presión del turismo en la ciudad. Las manifestaciones, que contaron con la participación de alrededor de 3.000 personas según las autoridades locales, incluyeron acciones simbólicas como el cierre de hoteles y terrazas de restaurantes.
Aunque se reportaron varios casos violentos de ataque de manifestantes a turistas. Muchos visitantes se vieron sorprendidos al recibir insultos y agresiones de parte de los locales.
Los manifestantes corearon “turistas, iros a casa”, reflejando el descontento con el impacto del turismo masivo. Exigen medidas para controlar el flujo turístico antes de la temporada estival, que se prevé será récord tanto en Barcelona como en el conjunto de Cataluña.
Las protestas en Barcelona siguen a manifestaciones similares en otras zonas turísticas de España, como Canarias y Mallorca, donde los residentes han expresado su preocupación por la saturación turística.
Los manifestantes argumentan que el turismo masivo está afectando negativamente la calidad de vida en la ciudad, aumentando los precios de la vivienda, congestionando el transporte y degradando el entorno urbano.
Las protestas reflejan una creciente preocupación entre los residentes de Barcelona por el impacto del turismo en la ciudad. A medida que se acerca la temporada alta, las autoridades locales podrían enfrentar una mayor presión para implementar políticas que equilibren los beneficios económicos del turismo con la calidad de vida de los ciudadanos.
En respuesta a las crecientes manifestaciones contra la masificación turística en Barcelona, Martí Cusó, portavoz de la Asociación de Vecinos del Barrio Gótico y activista en contra del turismo excesivo, declaró que el objetivo es cambiar el modelo económico de la ciudad para priorizar economías más justas, lo que implica reducir el turismo. Estas palabras reflejan el descontento creciente de los residentes ante los desafíos del turismo masivo. “Queremos que el modelo económico de la ciudad priorice otras economías mucho más justas. Y para eso consideramos que hay que disminuir el turismo”.
