Shlomi Katzin, un buzo aficionado, halló en el mar Mediterráneo una espada de 900 años de antigüedad que data de un soldado que participó de Las Cruzadas.
Este buceador aficionado estaba adentrado en las profundidades marinas de Haifa, en el norte de Israel cuando se encontró con un extraño objeto que le llamó de sobremanera la atención por su extraña forma.
Al mirarlo en detalle pensó que podía ser un tesoro enterrado, así que decidió acercarse para ver de qué se trataba. Y no estaba equivocado, ya que la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) confirmó el hallazgo y rebeló que, pese a que el objeto ha estado bajo del mar mucho tiempo y que cuenta con organismos marinos incrustados, aunque es fácilmente reconocible gracias a su hoja y empuñadura.
Fácilmente reconocible
Katzin explicó que se llevó la espada por miedo a que otra persona pudiera robarla y a cambio de su actitud recibió un certificado de reconocimiento por “buena ciudadanía”. Pues la ley israelí exige que se devuelvan a la nación, por eso informó de ello inmediatamente a las autoridades.
Según explicó Kobi Sharvit, el director de la unidad de arqueología marina de la autoridad, que la zona de Haifa había servido como refugio para los navegantes. Sumado a que añadió que alrededor de las calas más grandes se construyeron antiguas ciudades portuarias y otros asentamientos humanos.
Por su parte, Nir Distelfeld, funcionario de la IAA anunció que en cuanto se restaure, la espada será exhibida en algún museo aunque por el momento no se especificó en cuál. Pero la describió como un “bello y raro hallazgo” que probablemente perteneció a un caballero cruzado. “Es emocionante encontrarse con un objeto tan personal, que te lleva 900 años atrás en el tiempo a una época diferente, con caballeros, armaduras y espadas”.