Un grupo de activistas en contra del calentamiento global irrumpieron en la mansión de Lionel Messi en Ibiza para pintar la fachada de la propiedad del futbolista. Además, los activistas grabaron todo el proceso para compartirlo en las redes sociales, calificándolo como una ‘‘hazaña’’.
Según el grupo, la construcción de la vivienda sería ilegal porque se habría edificado sin la correspondiente licencia de obra y está situada en una zona especialmente vulnerable cerca de algunos acuíferos naturales en la zona.
Los jóvenes argumentan que no consideran su acción como un allanamiento a la propiedad privada ya que, según ellos, la vivienda no cuenta con los permisos correspondientes de habitabilidad y no debería estar construida ni habitada.
Sin embargo, el grupo manifestó: “No queríamos entrar si Messi estaba allí para no causarle problemas”. El líder del grupo también subrayó que la acción tenía como objetivo obtener repercusión mediática, y añadió que “parece que ha salido bastante bien”.
En una entrevista en vivo, la activista Carolina Pulido explicó que esta acción se enmarca dentro de una desobediencia civil no violenta, resaltando que no causaron daños permanentes: “Usan jugo de remolacha que, con la lluvia, se elimina”. Pulido añadió: “En este caso, lograron su objetivo. No puede ser que el 1% más rico de la población tenga el mismo impacto contaminante que dos tercios de los más vulnerables”.
Por último, el programa de Antena 3 de España contactó al experto en seguridad José Félix Ramajo, quien comentó que la eficacia de la seguridad en una propiedad depende del presupuesto destinado a ella: “Todo depende de cuánto quieras asegurar, pero hay personas que prefieren no gastar mucho dinero en proteger lo que tienen. El problema es que invertir es necesario”.
La grabación del momento en el que los activistas entran al terreno de la mansión de Messi y empiezan a pintarlo ha sido replicada en todas las redes sociales, generando un enorme impacto e incontables discusiones entre los usuarios.