Esta mañana, Gisèle Pelicot volvió a subir al estrado de la sala de Aviñón, Francia. En el lugar se juzga a su exmarido, Dominique, y a los 50 hombres que se metieron en su cama para violarla, después de que el primero la durmiera con ansiolíticos. Es la tercera vez que Gisèle declara, antes de que el juicio entre en su fase de conclusiones.
De acuerdo al reporte de La Vanguardia, la exmujer de Dominique hizo gala de una gran entereza. En un primer momento, mirando a los acusados, la víctima formuló dos preguntas a esos hombres: “En qué momento, cuando entraron en esa habitación, la señora Pelicot les dio su consentimiento”? Luego añadió: “¿En qué momento fueron conscientes de que estaban ante un cuerpo inerte?”.
Las preguntas tienen todo el sentido, pues Gisèle ha tenido que escuchar estas últimas semanas como la mayoría de esos hombres que se metieron durante una década en su cama, invitados por su exmarido, argumentan estar convencidos de que todo formaba parte de una fantasía sexual de la pareja. Sin embargo, como apunta esta mujer, ninguno de ellos puso reparos a su silencio, al estar inconsciente por los ansiolíticos que Dominique le mezclaba en bebidas y comida sin que ella se enterara.
Para Gisèle no hay duda: todos esos hombres la violaron, pues ella, en ese estado, jamás pudo consentir las relaciones sexuales. Bajo esa línea, la víctima hizo mención a “esos acusados que han dicho que introducir un dedo en una vagina no es violación”. Lo que más lamenta Gisèle es que ninguno de esos hombres detuvo sus acciones, ni denunció el hecho: “Vinieron a satisfacer sus desvíos sexuales”.
Gisèle afirmó que este “es el juicio de la cobardía” -solo uno de los inculpados ha pedido perdón, sin excusas- y sostuvo que todos los hombres sentados en el banquillo de los acusados “son igual de culpables”, con independencia de lo que hicieran en esa cama. “Para mí todos todos cometieron el mismo delito, es decir, violar a una mujer inconsciente y no denunciaron nada”. Esos hombres “me han mancillado y tendré que vivir con esto toda mi vida”, declaró Gisèle.
Y agregó: “Es una cicatriz que no se cerrará nunca; esos diez años de mi vida no los voy a recuperar jamás”. La víctima no dejó pasar la oportunidad de recordar que las excusas de esos hombres para justificar las violaciones “son inaceptables” y justificó por qué llevó esta truculenta historia -con emisión de los vídeos incluida- de manera pública, a pesar “de saber a lo que me exponía”.
Su principal objetivo, tras lo sufrido, “es que la vergüenza cambie de bando” y que esta “sociedad, machista, abra los ojos y cambie su mirada sobre la violación”.
Declaró Dominique: “Mi fantasía era dominar una mujer rebelde”
Esta tarde, tras la declaración de Gisèle, llegó el turno de Dominique Pelicot. El momento más tenso de ese interrogatorio se vivió cuando su hija, Caroline, le gritó que iba “a morir en la mentira”. La mujer insiste en estar convencida de que su padre la agredió sexualmente también a ella. Llegó a esa conclusión tras encontrarse en el ordenador de Dominique un archivo, con el nombre ‘mi chica’ en la que aparece Caroline en una cama semidesnuda.
En esta jornada, Dominique Pelicot volvió a negarlo todo. Dijo no recordar si tomó o no esas imágenes, pero asegura que jamás tocó a su hija, ni tampoco a sus nietos, como también se sospecha ahora. “A todos ellos los amo enormemente”, repitió el hombre. Además, admitió que su “fantasía” era “dominar a una mujer rebelde”
El acusado habla, llorando, de la violación que dice haber sufrido cuando tenía 9 años y de la violación en la que lo obligaron a participar cuando tenía 14 años. “Se creó una grieta”, aseguró. Dicha declaración no ha convencido a Caroline: “Mientes, mientes, no tienes el coraje de decir la verdad, ni siquiera sobre tu exesposa. Morirás en mentiras. Estás solo en mentiras”.
Por su parte, Gisèle afirmó que jamás podrá perdonar a su marido por lo que le ha hecho. Para ella era el esposo perfecto. Y solo entiende su conducta por “la gran frustración sexual que padece” después de que ella se negara a participar en sesiones de intercambios de pareja. Como no lo consiguió, “optó por drograrme para hacer conmigo lo que quisiera”.
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