Una rutinaria cirugía para colocar implantes dentales en la ciudad española de Valencia terminó en una tragedia, dejando a una familia devastada y a las autoridades investigando posibles negligencias médicas. Amadeo Amanca, de 53 años, perdió la vida tras una serie de complicaciones durante la intervención que le costó la vida, generando denuncias y alegaciones de homicidio imprudente.
El suceso tuvo lugar a mediados de mayo y sacudió a la comunidad médica local. Amanca había decidido someterse a la cirugía de implantes dentales después de consultar con varios especialistas y haber completado los estudios previos requeridos. La operación tenía un presupuesto de 23 mil euros y Amanca se presentó temprano en la clínica junto a su familia para el procedimiento.
Sin embargo, lo que inicialmente parecía ser una intervención médica rutinaria pronto se convirtió en una tragedia. Tras la cirugía, Amanca comenzó a experimentar un dolor en el pecho y a sangrar profusamente por la nariz y la boca. A pesar de estas alarmantes señales, los médicos minimizaron los síntomas y no pudieron completar la colocación de los implantes debido a la persistente hemorragia y vómitos.
Liliana Ferreiro, esposa de Amanca, al percatarse de su deterioro, solicitó una ambulancia en varias ocasiones. Tras siete horas de agonía, finalmente llegó asistencia médica, pero desafortunadamente, era demasiado tarde. Amadeo Amanca fue trasladado a un hospital cercano, donde lamentablemente falleció.
“Nada más salir de la operación ya notamos que algo no estaba bien. Cuando hicimos el presupuesto, ellos no nos dijeron en ningún momento que podía salir mal o que te podías morir. Dicen que están acostumbrados a hacerlo y era una cosa muy sencilla para ellos. Incluso, que saldría el mismo día con la prótesis provisional”, comentó Liliana en El programa del verano.
El informe médico detalló su deterioro: “Mal estado general, palidez cutánea, consciente, inquieto, taquipnea, autoescucha de ruidos respiratorios, sangrado oral importante. Tras 55 minutos en total de RCP, y tras administrar 15 dosis de adrenalina, el paciente no recupera la circulación espontánea, falleciendo finalmente a las 22:00 horas”.
La familia de Amanca denunció a los responsables de la clínica por negligencia y los acusan de homicidio imprudente y omisión de asistencia. Liliana Ferreiro, esposa de la víctima, reveló que uno de los representantes de la clínica se contactó con ella para ofrecerle una suma de dinero por la tragedia. Sin embargo, Liliana afirmó: “Se creen que la vida de un ser humano vale una porquería. La vida de mi marido, para mí, no tendrían dinero para pagármelo”