Continúan en toda Francia las protestas contra la reforma de las pensiones impulsada por Emmanuel Macron, que este jueves se ha desplazado a la ciudad de Ganges y ha sido recibido entre abucheos y lanzamiento de huevos.
Paralelamente, en París, centenares de manifestantes se concentraron frente al edificio de Euronext, empresa que gestiona la bolsa parisina, y asaltaron el hall portando bengalas y pancartas. “Nos dicen que no hay dinero para financiar las pensiones”, ha indicado Fabien Villedieu, sindicalista de Sud-Rail. Pero no hay “necesidad para sacar el dinero de los bolsillos de los trabajadores”, ha señalado.
Ondeando banderas sindicales, el grupo de unos cientos de manifestantes ha ocupado el vestíbulo de Euronext con bengalas de color rojo y han coreado palabras populares entre los manifestantes de pensión: “Estamos aquí, estamos aquí, incluso si Macron no quiere, estamos aquí”. El ruido, los abucheos y los gritos de “Macron dimisión” se escucharon fuerte en el primer contacto del presidente con los franceses desde la aprobación del polémico retraso de la jubilación mínima.
Este jueves, la pequeña localidad de Ganges, donde fue recibido por autoridades locales y ha visitado un centro educativo, Macron ha asegurado que es normal que “el enfado se exprese” y que él no esperaba otra cosa, pero eso no le “impedirá” continuar viajando por Francia.
De acuerdo a los medios locales, los cientos de manifestantes que se concentraron en el centro de esa localidad habían lanzado huevos y papas y también hubo un corte de electricidad en la escuela de educación secundaria que Macron visitaba, que fue reivindicado por miembros del sindicato CGT local.
Las medidas de seguridad se han incrementado para controlar el paso de manifestantes y la prefectura (delegación del Gobierno) de Hérault ha llegado incluso a prohibir “el uso de dispositivos sonoros portátiles” -sin añadir detalles precisos sobre la naturaleza de estos ítems- o que “emanen de vehículos no autorizados”. Esa medida se impuso después de que los opositores a la reforma de las pensiones hayan estado convocando caceroladas para expresar su descontento.
En este clima de descontento, este lunes en un discurso televisado, Macron se dio 100 días para “apaciguar” el descontento y promover un nuevo “pacto social” tras tres meses de crisis social y política.
En ese marco, mencionó la reindustrialización, la planificación ecológica, la educación y la sanidad entre los principales objetivos de una serie de reformas que el Gobierno emprenderá en ese plazo, en el que también quiere restaurar el diálogo con los sindicatos, algo a lo que estos, por el momento se niegan.
Con la reforma de las pensiones ya aprobada y validada por el Consejo Constitucional, la próxima gran protesta está convocada para el próximo 1 de mayo. Sin embargo y a pesar de que las protestas no han mermado sino todo lo contrario, Macron se muestra inflexible respecto de la reforma previsional, lo que está deteriorando su imagen a niveles inauditos y tiene a la población en un estado de tensión máxima.