El proyecto de ley de inmigración presentado por el Gobierno de Francia y calificado por el ministro del Interior, Gerald Darmanin, como una ayuda para “una mejor integración y una mejor expulsión”, comenzó a discutirse sin votación en la Asamblea Nacional del país.
Darmanin dijo recientemente en una entrevista en la emisora Franceinfo que “esta ley ayudará a una mejor integración y una mejor expulsión”. Agregó que le indicó a las autoridades en noviembre que hagan cumplir mejor las obligaciones de salir del territorio francés a los extranjeros en situación de irregularidad y no solo a los “delincuentes”. El número de extranjeros en situación de irregularidad expulsados a Marruecos, Argelia y Túnez aumentó un 21% desde el 1 de enero, señaló el ministro.
“La inmigración a Europa no se detendrá”, agregó. La mayoría de los migrantes en situación de irregularidad ingresaron al país por “vías legales”, como visas de turista, indicó Darmanin.
“Queremos a los que trabajan, no a los que roban”, dijo el funcionario, al referirse a la sección de la ley que prevé otorgar permisos de residencia especiales a los extranjeros que ya trabajan en sectores cruciales que requieren habilidades particulares, como la agricultura, la construcción y las obras públicas. Se espera que el proyecto de ley se debata en el Parlamento a principios de 2023.