El hecho ocurrió en Coolidge, Arizona, Estados Unidos, donde un joven de 19 años fingió su propio secuestro, atándose las manos y cubriéndose la boca con un trapo, para tener una excusa y no ir a trabajar.
La propia policía de esa localidad publicó en su cuenta de Facebook como fueron los hechos para aclarar la confusa situación. “Emitimos este comunicado para evidenciar los hechos y aclarar una serie de rumores que están circulando en relación a un incidente ocurrido el 10 de febrero”.
Es que los efectivos respondieron ante un llamado al 911 que indicaba la localización de un hombre tirado en la calle con las manos atadas a la espalda y un trapo alrededor de la boca que le impedía hablar. Escena parecida a las que vemos todos los fines de semana en las películas cuando secuestra a alguien.
La supuesta víctima de secuestro, Brandon Soules, le dijo a los agentes que dos sujetos con los rostros cubiertos lo habían dejado inconsciente, lo metieron en un auto durante varias horas y luego de haberlo secuestrado lo arrojaron donde lo habían encontrado.
Soules fue llevado a un centro médico para ser revisado y constataron que no había señales de agresión, por lo que la policía comenzó a dudar de la historia. El sujeto aseguró que había sido abducido porque su padre disponía de una gran cantidad de dinero que estaba escondida en el desierto.
Ante las dudas por la nueva versión y la falta de pruebas de agresión, se le sumó que tampoco podían asegurar si los delincuentes se habían hecho con el supuesto dinero. Posteriormente se revisaron las cámaras de seguridad donde supuestamente habían transcurrido los hechos y tampoco encontraron ninguna evidencia.
Tras la presión que recibió el joven por parte de los agentes y ante la falta de pruebas contundentes, Soules terminó por admitir que era todo un invento para poder tener una excusa y no tener que ir a trabajar.
En consecuencia, el joven logró su cometido y no fue a trabajar y tampoco lo hará por varios días ya que quedó bajo custodia policial por falso testimonio.