El Gobierno filipino elevó este lunes el tono diplomático contra Pekín, tras dos incidentes, durante el fin de semana, en los que buques chinos usaron cañones de agua contra barcos filipinos en áreas disputadas en el mar de China Meridional, acciones que Manila calificó como una “amenaza a la paz”.
En una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Filipinas, Teresita Daza, afirmó que su país ha elevado una queja diplomática contra Pekín y ha convocado al embajador chino en Filipinas, Huang Xilian, ante uno de los incidentes marítimos más graves este año.
Mientras que China defiende su actuación, Filipinas acusa a Pekín de poner en peligro la paz y usar tácticas de agresión, incluidos cañones de agua y ataques acústicos, en aguas dentro de los 370 kilómetros de la zona económica exclusiva filipina, según la ley internacional.
Un primer incidente ocurrió el sábado cerca del bajo de Mansiloc (atolón de Scarborough), situado a unos 220 kilómetros de la isla filipina de Luzón, y el segundo tuvo lugar el domingo en las inmediaciones del banco de arena de Ayungin (Second Thomas), unos 184 kilómetros al oeste de la isla filipina de Palawan.
En ambos casos, buques de la Guardia Costera y milicias chinas usaron cañones de agua y embistieron contra barcos de suministro filipinos, provocando “graves daños” en el motor de una nave, según las autoridades de Manila.
Sin embargo, la Guardia Costera china señaló el domingo que los barcos filipinos estaban violando la soberanía china y que las respuestas de los buques chinos “fueron legítimas y profesionales”. Las autoridades chinas acusaron a cuatro buques filipinos de tratar de enviar “materiales de construcción a un barco de guerra varados ilegalmente” en Ayungin (conocido como Ren’ai en China).
Las tensiones entre ambos países han aumentado en los últimos meses, mientras el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., refuerza su alianza de defensa con Estados Unidos, que llamó este domingo a China a parar su conducta “peligrosa y desestabilizadora” en el Mar de China Meridional, después de un altercado que Washington calificó como “maniobras imprudentes” de Pekín.