Jitendra “Jay” Singh, el dueño de una tienda llamada 7 Eleven ubicada en Toledo, Ohio, Estados Unidos, increpó en su negocio a un joven muchachito robándole. El adolescente se había guardado distintos productos en los bolsillos.”¿Querés que llame a la policía o me vas a devolver eso?”, le dijo.
Singh le insistió para que devolviera lo robado. Sin embargo, el muchacho se hizo el desentendido y sólo colocó sobre el mostrador unos paquetes de dulces, mientras ocultaba todo el botín.
Pero el comerciante sabía perfectamente lo que había sucedido y entonces miró a uno de sus empleados y le ordenó que llamara a la Policía. Fue entonces que el jovencito quebró, sacó todo lo que se había escondido en su ropa y confesó.
La respuesta del joven
Singh le hizo una pregunta concreta mirándolo a los ojos: “¿Por qué estás robando?”. Y la respuesta partió el corazón de todos: “Tengo hambre. Me lo estoy robando para mí y para mi hermano menor”.
Entonces se dirigió al niño y le dijo: “Eso que te estás llevando no es comida. Estás robando chicle y dulces. Eso es solo algo para masticar’”, dijo Singh.
“Si tenés hambre, preguntame y te daré comida. Eso no es un problema”. Entonces Jay y el adolescente regresaron a los pasillos del local y agarraron de todo: pizza, sándwiches y otros productos.
“No va a hacer ninguna diferencia para mí si le doy algo de comida porque hacemos mucha comida, vendemos mucha comida”, explicó Singh a la cadena ABC.
“Es un niño pequeño y esto quedará en su historial. Va ser etiquetado como un ladrón y no va a poder hacer nada en su vida. No obtendrá un buen trabajo. Llamar a la policía no iba a resolver su problema de hambre”, agregó.
Del otro lado del mostrador, Cedric Bishop fue testigo de todo lo que pasó y decidió compartirlo en las redes, donde rápidamente se hizo viral.