Un caballero del siglo XIV, encontrado en una fosa de la muralla medieval del castillo de Guardamar del Segura, en Alicante, España, fue víctima de una muerte brutal. Este esqueleto, sometido a un estudio exhaustivo, revela que el hombre recibió más de 25 cuchilladas, además de múltiples golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo, haciendo que muchas de estas heridas resultaran letales.
La violencia extrema sufrida sugiere que este individuo, posiblemente relevante en su época, podría haber estado relacionado con la Guerra de los Dos Pedros, un conflicto bélico histórico entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, el cuál que tuvo lugar entre 1356 y 1369; donde Guardamar jugó un rol significativo.
La osteoarqueóloga Mari Paz de Miguel, quien analizó los restos, informó que el hombre tenía entre 45 y 50 años y medía 1,65 metros. Los exámenes de Carbono-14 confirmaron la antigüedad de los huesos, situándolos en la segunda mitad del siglo XIV.
Los expertos creen que este hombre fue torturado o, al menos, ejecutado con extrema crueldad. Las heridas dispersas en todo el cuerpo y la forma en que fue hallado el cadáver sugieren que no murió en combate, sino que fue víctima de un ajusticiamiento premeditado. La posición anómala del cuerpo en la fosa, sin más restos cercanos y con fracturas inusuales, refuerza esta hipótesis.
Según la especialista, el esqueleto presenta uno de los mayores registros de violencia en esqueletos medievales de España y posiblemente de Europa. Las cuchilladas y golpes encontrados en los huesos, incluyendo heridas en la pelvis, cavidad abdominal, pulmón, y cráneo, indican una muerte extremadamente violenta. El arqueólogo Eduardo López destacó que este hallazgo es “excepcional”, señalando que el individuo no fue enterrado con respeto, sino arrojado sin miramientos a la fosa, en un acto marcado por la saña y la brutalidad.