En la aldea de Kalempang, en la provincia de Célebes Meridional, Indonesia, donde una pitón reticulada de aproximadamente cinco metros se tragó entera a una mujer de 45 años. El cuerpo de la víctima, identificada como Farida, fue hallado en el interior del reptil por sus familiares y vecinos.
La desaparición de Farida fue denunciada el viernes pasado por su esposo, quien, junto a sus cuatro hijos, inició una búsqueda en los alrededores. Según Suardi Rosi, jefe de la aldea, los vecinos encontraron a una pitón “con un gran vientre”, lo que les llevó a abrir el estómago del animal. “Allí apareció la cabeza de Farida”, detalló Rosi, añadiendo que el cuerpo estaba completamente vestido dentro de la serpiente.
Este no es el primer incidente de este tipo en la región. En los últimos años, varias personas perdieron la vida tras ser devoradas por pitones reticuladas. En el distrito de Tinanggea, al sureste de Célebes, una pitón de ocho metros asfixió y devoró a un granjero el año pasado.
En la ciudad de Muna, también en Célebes Suroriental, el cuerpo de una mujer de 54 años fue encontrado dentro de una pitón de siete metros hace dos años. Además, un agricultor del oeste de Célebes fue engullido por una pitón de cuatro metros el año anterior.
La pitón reticulada (Malayopython reticulatus) es una especie de serpiente de la familia Pythonidae, común en el sureste asiático, Indonesia y Filipinas. Estas serpientes suelen habitar en bosques lluviosos cercanos al agua, ya que son excelentes nadadoras.
Considerada la serpiente más larga conocida, algunos ejemplares pueden superar los ocho metros y los 250 kilos. Con una cabeza alargada y un hocico ancho y plano, su boca está equipada con aproximadamente cien dientes de distintos tamaños, lo que les permite alimentarse de presas de gran tamaño.
