El juego del KO consiste en estrangular a una persona hasta que se desmaye. Lamentablemente, este tipo de prácticas comienzas a viralizarse en las redes sociales y esta semana llevó al hospital a un chico de 13 años. El hecho ocurrió en el instituto Santa Lucía, de Cartagena, España, cuando los alumnos se preparaban para una excursión.
“Jugaban” al juego del KO cuando al parecer, uno de ellos, de 13 años, dejó que otro le empezara a apretar el cuello. Fue voluntariamente, pero debido a la asfixia, el joven se desmayó y se golpeó la cabeza contra el suelo, tras lo que perdió el conocimiento.
Afortunadamente, una ambulancia llegó rápidamente y los profesionales lograron que el menor recuperara la consciencia. Luego fue ingresado en el hospital Santa Lucía en observación, detalla el portal 20 Minutos.
Por suerte, todo quedó en un susto. Sin embargo, este juego ha causado la muerte de otros adolescentes alrededor del mundo.
En Estados Unidos a estos juegos se les conoce genéricamente con el nombre de choking games y en Francia le dicen jeu du foulard. Quienes lo practican buscan una breve euforia debida a la disminución del flujo de oxígeno en el cerebro.
Esto se debe a que el estrangulamiento restringe el oxígeno que fluye hacia el cerebro. Así se induce un estado eufórico breve e intenso causado por la hipoxia cerebral, describe para Quirón Salud el neurólogo Daniel Martín Fernández-Mayoralas.
Los adolescentes hablan de una experiencia de placer antes de perder la conciencia. Cuando se recupera el flujo de sangre en el cerebro y se restaura la conciencia.
“Cuando privas al cerebro de suficiente oxígeno, las neuronas comienzan a estresarse y a producir el neurotransmisor glutamato. El cerebro responde a esto al liberar un bloqueador del receptor (las beta endorfinas) para prevenir la captación de glutamato en la brecha sináptica, lo que evita la sobrecarga de glutamato y la pérdida adicional de células cerebrales. Este bloqueo del receptor contribuye al estado hipóxico lúcido, semi-alucinógeno”, describe el doctor en su artículo.
Una revisión sistemática de la literatura científica que existe al respecto señala que un 7,4% de la población participa de esta práctica (dato de 2019). Ocurre especialmente en adolescentes varones, entre los 7 y los 21 años de edad. Se relaciona, con “niveles elevados de síntomas depresivos y de trastorno negativista u oposicionista desafiante”, asegura el doctor Martín.
Según este modelo que afecta a la regulación emocional, explica, el juego de la asfixia representa, con frecuencia, un intento de disminuir los sentimientos depresivos (incluyendo las emociones negativas) o de afectación disfórica del afecto (adolescentes perpetuamente enfadados y estresados “con el mundo”).
Las consecuencias del juego
Las consecuencias de jugar a la asfixia varían desde el riesgo de pequeños traumatismos por la pérdida de conciencia hasta la muerte. Se han descrito complicaciones oftalmológicas, episodios sincopales recurrentes y cuadros epilépticos. Y también, dolores de cabeza, cambios de comportamiento, confusión, pérdida de memoria a corto plazo, deterioro visual, daños neurológicos y, ocasionalmente, la muerte.
Según 20 Minutos, es importante pensar en este diagnóstico ante niños y adolescentes que presentan hemorragias oculares, lesiones en el cuello, cefalea importante o alteración del estado mental tras haber estado solos durante un tiempo, señala un estudio publicado en Canarias Pediátrica.
El doctor Martín apunta que se ha producido un aumento de casos por culpa de una falsa “normalización” de la actividad y de sus consecuencias.