El Año Nuevo es una de las celebraciones más universales alrededor del mundo, aunque las tradiciones para recibirlo varían enormemente dependiendo de la región. Además, los husos horarios hacen que el primer grito de “¡Feliz Año Nuevo!” se escuche en el Pacífico Sur.
El primer país en celebrarlo es Kiribati, específicamente las islas Line. Ubicadas cerca de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, reciben el nuevo año 14 horas antes que Londres. Aquí, las festividades suelen ser tranquilas, centradas en ceremonias religiosas y reuniones familiares.
Horas después, Nueva Zelanda toma el protagonismo, con imponentes fuegos artificiales en Auckland, donde la Sky Tower se ilumina en una impresionante exhibición. Le sigue Australia, particularmente Sídney, donde el Puente del Puerto y la Ópera se convierten en un escenario de colores vibrantes que atraen la atención global.
En Japón, las campanas de los templos budistas suenan 108 veces, representando la purificación de los deseos mundanos. En Corea del Sur, muchas familias participan en ceremonias ancestrales conocidas como “charye”, que honran a sus ancestros.
En Europa, el show empieza en Moscú, donde la Plaza Roja se llena de luces y conciertos. En Londres, el Big Ben marca la medianoche mientras el río Támesis se ilumina con fuegos artificiales. En Madrid, España, se sigue la tradición de las 12 uvas, una por cada campanada.
América del Sur destaca con Brasil, donde la playa de Copacabana en Río de Janeiro se transforma en una fiesta masiva, mientras que en Argentina, se quema un monigote para dejar atrás lo negativo del año.
En nuestro continente, Estados Unidos cierra con Times Square, Nueva York, y la emblemática caída de la bola.
El último lugar en recibir el Año Nuevo es Samoa Americana, que celebra 25 horas después que Kiribati, ofreciendo un contraste único y cerrando las festividades globales.
El Año Nuevo no solo conecta a las personas con sus deseos y propósitos, sino que también muestra la riqueza cultural que une a la humanidad en una sola celebración.