Son al menos 17 las capitales de estado en situación crítica, según el diario Brasileño, O Estado de Sao Paulo. La pesadilla continuó en la ciudad de Río, cuando el secretario de Salud, Daniel Soranz, informó que utilizarán insumos veterinarios para humanos en situación crítica de salud debido al Covid-19.
Por otro lado las familias y organizaciones de enfermeros denunciaron que debido a la falta de sedantes, en varias localidades de Brasil, los pacientes salen de la intubación sin este analgésico, atados a sus camas, esta situación provocó un gran escándalo.
En la Ciudad del famoso Cristo Redentor, Río, “Están suspendidas las cirugías que no son urgentes y esto incluye las del centro veterinario”. No tiene sentido seguir consumiendo productos esenciales para intubación y para la salud humana en unidades veterinarias. Usamos bloqueadores neuromusculares y sedantes para personas con Covid-19 u otras enfermedades que necesitan intubación”, informó Soranz, en una conferencia de prensa.
Según el instituto Brasileño de la Organización Social de Salud los insumos para intubación llegaron al “precolapso”. Esta emergencia no es sólo en la Río de Janeiro.
El lunes, según la Cancillería del Gobierno de Jair Bolsonaro, llegará un avión con donaciones desde España con insumos para intubación y también se le pidió ayuda, através del Foro de Gobernadores de Brasil, a la vicesecretaria general de la ONU, Amia Mohammed.
El pedido de ayuda fue positivo
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) se comprometió a enviar millones de dosis a Brasil en el mes de Abril, en el marco del plan Covax, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), e intentará hacerle llegar otras cuatro millones de dosis en el mes de mayo, según un comunicado difundido por la organización multilateral.
El estado de gravedad de la situación está indicado en las cifras del día de hoy, con mas de 3000 muertes en las últimas 24 horas y más de 85.000 contagios, según informó el Consejo Nacional de las Secretarías de Salud. Sumando un total de casi 370.000 víctimas fatales y más de 13 millones de contagios confirmados.
Con este marco, la ciudad de Río y la ciudad vecina de San Pablo, anunciaron una flexibilización, debido a que se redujo la ocupación hospitalaria, que sigue alrededor del 80%.
En San Pablo, a partir del 24 del mes de abril, comenzarán a funcionar hasta las 19 restaurantes, parques, clubes y gimnasios. Esta medida se debe a que la cuarentena pasó a fase roja de transición, con apertura de comercio por ocho horas y realización de cultos religiosos hasta el 2 de mayo.
Las clases presenciales están liberadas, pero el uso de los colegios está siendo usado básicamente como comedores, en el marco del inicio de la vacunación de docentes.
San Pablo cuenta con 46 millones de habitantes y es el estado más afectado en Brasil, tienen más de 85.000 muertos y la ocupación de camas de UTI asciende al 85,3%.
Por otra parte, Río de Janeiro, prohíbe permanecer en la playa, pero reabrió el comercio y el sector gastronómico, el toque de queda nocturno se mantiene al igual que en San Pablo.
La situación dramática llevó a el Ministro de Salud, Raphael Camara a pedirle a las mujeres, “si es posible, postergar un poco el embarazo”, para evitar exponerse al riesgo de la pandemia de Coronavirus y tener una gestación “más tranquila”.
La situación política de Jair Bolsonaro está en el peor momento de su mandato, en el medio de cuarentenas adoptadas por gobernadores, oficialistas como opositores, a los que trata de combatir desde que inició la pandemia. El líder ultra derechista de Brasil, sufrió un fuerte golpe esta semana ya que el Senado abrió una comisión investigadora sobre su gestión de la pandemia.
Además, la corte suprema anuló las condenas que inhabilitaban al líder opositor y actual favorito en las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien el día de ayer dejó en claro que existe una posibilidad de que se postule a ser candidato, para evitar una reelección de Bolsonaro.
Brasil vive una “catástrofe humanitaria”, relató esta semana, la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), han estado presente en Brasil desde 1991. Responsabilizó, claramente, a “la falta de voluntad política” del Gobierno actual de Bolsonaro de implementar “una política clara y coordinada a nivel nacional para combatir la pandemia”. Lejos de reflexionar sobre sus acciones, el mandatario líder del país Brasileño, volvió a atacar hoy a los dirigentes que impusieron cuarentenas y restricciones para intentar combatir la circulación del coronavirus.
