El fundador de Tesla, Elon Musk, dijo este martes que si la información que circula en las últimas horas sobre el proyecto de Apple de producir vehículos eléctricos es verdad “sería muy extraño” ya que hace años intentó vender sin suerte su empresa Tesla a la compañía de la manzana mordida.
Musk reconoció que en los días más negros de su programa Model 3, allá por el 2017, se contactó con Tim Cook (CEO de Apple) para conversar la posibilidad de que Apple comprase Tesla (por una décima parte de su valor actual), es decir en ese momento aproximadamente 60.000 millones de dólares, y Cook directamente se negó a aceptar la reunión.
El empresario se mostró inquieto sobre las afirmaciones aparecidas en las últimas horas que señalan que Apple estaría desarrollando un vehículo eléctrico sobre la base de un nuevo tipo de diseño “radical” de batería que reduciría costos y ampliaría el alcance de los vehículos.
Según señalaron hoy, medios de comunicación estadounidenses, la batería que Apple usaría es con un diseño “monocélula”, lo que permitiría introducir más “material activo” y realizada con litio-ferrofosfato tendría una menor tendencia a sobrecalentarse, lo que la hace más segura.
El comentario de Musk sobre esto fue que: “Tesla ya está usando ferrofosfato para los autos de medio alcance producidos en su fábrica de Shanghai y que una monocélula es electroquímicamente imposible, ya que el máximo voltaje es aproximadamente 100 veces más bajo ¿Quizás quisieron decir que las células se unen entre sí, como nuestro paquete de batería estructural?”, se preguntó Musk.
Las informaciones sobre el proyecto del automóvil eléctrico de Apple, conocido como Proyecto Titán y que se ha rumoreado desde hace años, indican que la compañía conocida por sus iPhone e iPads estaría interesada en producir un vehículo autónomo para consumo masivo.
El paso del tiempo favoreció a Tesla
La publicación de las informaciones sobre el Proyecto Titán de Apple se produce cuando las acciones de Tesla están en máximos históricos.
Hoy la cotización de Tesla cerró en 645,98 dólares por acción, lo que ha permitido que se convierta en el fabricante de automóviles del mundo de mayor valor en el mercado, más de 659.000 millones de dólares, superando ampliamente a compañías como Toyota o Volkswagen.
