Luego de cerrarse los comicios en El Salvador, el presidente Nayib Bukele brindó una conferencia de prensa en la que habló sobre el desenvolvimiento de la jornada electoral en el marco de un claro triunfo oficialista que le otorgaría otro mandato al frente del país.
Fue durante su alocución que el jefe de Estado hizo referencia a la Argentina, la situación de inseguridad en nuestro país y los vínculos con Javier Milei. Es que el salvadoreño lanzó elogios al argentino y ofreció ayuda compartir la experiencia local en el combate al crimen.
“Le deseo lo mejor y si podemos colaborar en algo, estamos a la orden”, aseguró luego de contar que mantuvo una conversación telefónica con el líder libertario, antes de que asuma formalmente la presidencia.
Bukele agregó que puso a disposición funcionarios de su gobierno para brindar ayuda a Patricia Bullrich y al ministerio que comanda la expresidenta del PRO. Sin embargo, aclaró que la situación en Argentina es distinta a la de El Salvador. “Como el problema es más pequeño, el medicamento podría ser más pequeño”.
“Yo creo que todos los países tienen diferencias y está claro que El Salvador no es el Reino Unido, lo mismo se pudiera decir que El Salvador tampoco es la Argentina. Hay diferencias, incluso el problema de seguridad de la Argentina, que existe, no es tal vez tan apremiante como lo era en El Salvador y, por ende, las medidas que pueden ser compartidas de nuestra parte, de repente no necesitan ser tan drásticas”, detalló el mandatario.
Al respecto, Bukele remarcó que sí hay algunos aspectos parecidos entre las dos naciones “en el hecho de que son latinoamericanas, pero también culturales y de cómo se forman los fenómenos delincuenciales, que son generalmente producto de la pobreza”.
“Nosotros hemos ofrecido oficialmente a la ministra Bullrich no asesoría, porque creo que esa no es la palabra, sino la colaboración que ellos necesitan en todos los temas en seguridad, que es lo que ellos necesitan”, sumó.
La conversación entre Nayib Bukele y Javier Milei
Sobre Javier Milei, Bukele detalló que mantuvo una sola conversación telefónica con el linertario, pero que la misma fue “bastante larga”. La misma se produjo luego del triunfo en el balotaje que condujo al economista hacia la Casa Rosada.
“Me dio un panorama de Argentina muy difícil, y, sobre todo en lo económico, el tema de las divisas, de la inflación, etcétera. Va a ser muy duro de cualquier manera que se haga. Entiendo que hay gente con mucho talento y mucha gente inteligente con él, aparte de que él es una persona inteligente también, pero va a ser difícil resolverlo”, señaló.
“Sé que es un problema del tamaño -amén de las diferencias entre la economía y la seguridad-, pero de ese tamaño, en el tema económico” agregó, al equiparar la gravedad de la situación económica en la Argentina con el problema de seguridad que tenía El Salvador.
“Le deseo lo mejor [a Milei], y si podemos colaborar con algo, somos un país muy pequeño para colaborar con lo económico, pero si podemos colaborar con lo que sea, tema seguridad, cooperación o lo que sea, estaremos a la orden”, cerró el mandatario.
Expectativa por los resultados de las elecciones en El Salvador
Este domingo se desarrollaron las elecciones presidenciales en El Salvador, en el marco de un estado de excepción y con un desplazamiento de la pugna electoral presidencial a las redes sociales, donde Nayib Bukele ha sido protagonista con su aspiración a la reelección.
Pese a los cuestionamientos a su candidatura por contravenir la prohibición constitucional que impide la reelección inmediata, Bukele goza de un alto porcentaje de popularidad entre los salvadoreños frente a los otros cinco aspirantes al poder.
Con más del 80% de la intención de voto, según tres encuestas recientes de dos universidades y de la organización Fundaungo, el mandatario aventaja ampliamente a sus contrincantes, que han cosechado porcentajes menores al 5%.
En frente tiene a Manuel “El Chino” Flores, del exguerrillero Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN), que aparece con el 4,2%; Joel Sánchez, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), 3,4%, Luis Parada, de Nuestro Tiempo 2,5%, Javier Renderos, de Fuerza Solidara 1,1%; y Marina Murillo de la Fraternidad Patriótica Salvadoreña 1%.
“Yo creo que a estas alturas esto ya está definido. Es bien difícil que alguien le pueda hacer competencia”, manifestó el politólogo Álvaro Artiga, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), dirigida por jesuitas.
Artiga afirma que “hay una especie de culto al gobernante por todos lados” y un ejemplo son las ventas de artesanías y mercadotecnia, donde predominan las representaciones con el rostro de Bukele.
El investigador Joao Picardo, de la Universidad Francisco Gavidia (UFG), destaca también el peso político que tiene el mandatario y afirma que “hay una descomunión entre la gente y los partidos políticos como estructura política”. Dice que los salvadoreños se han “vinculado más con la figura del presidente”.
Su popularidad está apuntalada por el cambio en materia de seguridad. En el pasado, El Salvador fue señalado como uno de los más violentos del mundo. Ahora, más del 80% de la población cree que la situación ha mejorado.
Desde hace casi dos años, el país vive bajo un régimen de excepción que se renueva mes a mes por petición de Bukele en el Congreso y que supone la suspensión de derechos ciudadanos fundamentales como el de tener derecho a un abogado o el de ser informado de los motivos de la detención.
Bajo ese contexto, más de 76.000 personas han sido encarceladas —el 90% está sin sentencia judicial— y aunque esa estrategia ha sido ampliamente cuestionada por organizaciones de derechos humanos, constituye los cimientos de la política de mano dura que Bukele planteó para luchar contra la delincuencia y las pandillas en sus últimos años de mandato.
En una de sus apariciones de campaña en redes sociales, el presidente pidió a los salvadoreños que salgan a votar para proteger los logros en seguridad y advirtió que si Nuevas Ideas, su partido, pierde la mayoría en el Congreso, “pondríamos en riesgo la guerra contra las pandillas”.
Las encuestas de la UFG que dirige Picardo también vaticinan que el partido oficialista ganará al menos 57 de los 60 diputados del Congreso, lo que le daría nuevamente todo el poder al presidente.
Esas encuestas, explica Picardo, muestran que hay un rechazo a los partidos que gobernaron el país los últimos 30 años y que no resolvieron las acusaciones de corrupción. El aparato de comunicación y de propaganda del gobierno, recalca el analista, se ha encargado de señalarlo constantemente. “Entonces cuando nombras Arena y el FMLN, lo que evoca es corrupción”.
En eso, coincide el politólogo Serrano quien señaló que todos los spots publicitarios del oficialista Nuevas Ideas “apelan a las emociones, a no volver al pasado, al temor de que exista un retroceso en el país”.
Además, los aspirantes de oposición han visto mermado el apoyo económico que recibían de sus tradicionales financistas ya que, según los analistas, los grupos empresariales que por décadas han tenido influencia en el aparato estatal, ahora están cerca del presidente Bukele porque han encontrado la oportunidad de hacer negocios.
En consecuencia, buena parte de la campaña se ha centrado en los medios digitales. En unos casos, porque los partidos no tienen recursos para la promoción tradicional y en otros, como estrategia mediática, informó la agencia de noticias AP.