El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, insiste en mantener la “ley antihomosexualidad”, considerada como una de las más represivas del mundo.
“El NRM (Movimiento de resistencia nacional) nunca ha tenido un doble lenguaje, lo que les decimos de día es lo que les decimos de noche. Así, la firma del proyecto de ley ha terminado, nadie nos hará cambiar”, declaró Museveni durante una reunión de los miembros del partido.
“El presidente Museveni instó a los ugandeses a mantenerse firmes y subrayó que la homosexualidad es una cuestión grave que atañe a la raza humana. Felicitó a los legisladores por su apoyo y agregó que cuando luchan por una buena causa nadie puede vencerlos”, agrega el comunicado.
Son los primeros comentarios públicos del jefe del Estado ugandés desde que el lunes se anunció la aprobación de la ley denominada “Ley antihomosexualidad 2023″.
La ley establece duras condenas por mantener relaciones con personas del mismo sexo e incluye una disposición que penaliza la “homosexualidad agravada”, lo que implica que personas reincidentes puedan ser ejecutadas, aunque hace años que Uganda no aplica la pena capital.
La aprobación de esta ley provocó indignación entre las organizaciones de defensa de los derechos humanos y numerosos países occidentales, informó la agencia de noticias AFP.
Los activistas ugandeses por los derechos humanos instaron a la comunidad internacional a adoptar sanciones contra sus dirigentes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tachó el lunes la norma como una “trágica violación” a los derechos humanos y exigió su derogación.
Biden también pidió que se evalúe lo que la normativa implica para “los compromisos de Estados Unidos con Uganda”, incluyendo inversiones y ayudas.
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