En la misa de este domingo, el Papa Francisco comentó tener “el corazón herido por lo que sucede”, en alusión a la crisis en el Este de Europa tras la invasión de Rusia a Ucrania. Asimismo pidió a los oyentes que “las armas callen” tras la ocupación militar que ordenó Vladimir Putin.
Cuando terminó la tradicional oración del Ángelus en la plaza de San Pedro, el Papa lamentó que “Dios está con los que buscan la paz, no con los que recurren a la violencia”. En ese momento también saludó a los fieles ucranianos que se encontraban entre la multitud de peregrinos.
“Pienso en los ancianos, en todos los que en este momento buscan refugio, en las madres que huyen con sus hijos. Son hermanos y hermanas para los que es urgente abrir pasillos humanitarios y que hay que acoger” comentó el pontífice argentino al final de su clásica oración.
A su vez, al tratar el tema entre Rusia y Ucrania, no olvidó los conflictos que se desarrollan en otras zonas. “No olvidemos las guerras en muchos otros lugares del mundo, como Yemen, Siria, Etiopía”, añadió.
Antes de concluir la reunión dominical, hizo una última petición sobre la apertura de “corredores humanitarios” para que quienes huyen de la guerra entre Rusia y Ucrania puedan encontrar apoyo en otros países.