El Papa Francisco abandonó el Vaticano tras meses de confinamiento y fue a visitar a una escritora hebrea de origen húngaro y sobreviviente del holocausto, que reside actualmente en Roma.
El pontífice se trasladó ayer por la tarde en auto y con su custodia hasta la vivienda de Edith Bruck en la capital italiana. El encuentro se gestó luego de que Bergoglio leyera una entrevista periodística en la que Bruck relató las atrocidades que le tocó vivir bajo el régimen nazi.
“He venido aquí, a su casa, para agradecerle su testimonio y rendir homenaje al pueblo martirizado por la locura del populismo nazi”, aseguró el Papa tras el encuentro y según cita Vatican News.
“Repito con sinceridad las palabras que pronuncié desde el fondo de mi corazón en Yad Vashem, y que repito ante cada persona que, como ella, ha sufrido tanto por ello: ‘Perdóname, Señor, en nombre de la humanidad’”, señaló.
En la entrevista al diario vaticano, Bruck describió cómo fue arrancada junto con sus padres y hermanos de la casa del pueblo rural donde vivía y cómo un hombre que no era hebreo le regaló una carreta de víveres para ayudar a los judíos perseguidos.
También rememoró su época de trabajo en el campo de concentración de Dachau, donde tenía que cavar trincheras y donde en una ocasión un soldado alemán le lanzó su cazo para lavar, detalló Clarín.
La inesperada presencia de Francisco en las calles de Roma llamó la atención de los transeúntes, quienes se agolparon en la puerta de la casa de la escritora a la espera de la aparición del pontífice.