Un grupo de científicos descubrió que los restos de una momia, que aparentaba ser un niño, en realidad no son humanos. Se trata de una “escultura” de barro y granos que representa a Osiris, el Dios de los Muertos.
“Es lo que se conoce como una ‘momia de grano’ o ‘momia de trigo’”, explicó Ron Hillel, de los Museos de Haifa, al Daily Mail. “Contienen barro y granos, y tenían forma de momia, de ahí el nombre”, agregó.
En un principio se pensó que se trataba de una momificación infantil, esto debido a que mide cerca de un metro. Los expertos calculan que pertenece a la primera mitad del primer milenio antes de nuestra era.
Durante el inicio de la investigación obtuvieron “resultados inciertos” por lo que hicieron un nuevo análisis para descubrir exactamente qué era.
En otro sarcófago, hallado en el mismo lugar, encontraron un halcón momificado, una criatura estrechamente asociada con Horus, el Dios de la realeza y el cielo.
Los dos sarcófagos formaban parte de la colección del Museo Marítimo de Haifa desde hacía mucho tiempo, pero los expertos dudaban del registro oficial que sugería que contenían corazones momificados.
Cabe destacar que la forma en las que las momias fueron descubiertas antes de llegar al museo no están claras. La principal teoría es que fueron enterrados como una ofrenda a los dioses en la tumba de un faraón.
“En el antiguo Egipto, cuando había una tumba creada para un ser humano, colocaban ciertos artefactos e, incluso, animales con estos restos momificados”, indicó Marcia Javitt, directora de la división de imágenes médicas del hospital Rambam.
Además, describió: “Las aves en el antiguo Egipto tenían un papel muy importante en tanto se pensaba que eran protectores, por lo que a menudo las colocaban en las tumbas con los faraones. No digo que este pájaro haya venido de la tumba de un faraón, pero es muy posible que tenga algo que ver con ese tipo de historia”.