Una mujer de 31 años vive un calvario debido a una negligencia médica. En 2018 Vanessa Dib fue hasta una clínica de México por un dolor abdominal pero debido a un mal diagnóstico debieron amputarle las dos piernas.
Según informó el diario El País, Dib tenía colocado un dispositivo intrauterino (DIU) en una posición incorrecta. Esto le provocaba los mencionados dolores.
Lamentablemente, la joven recibió un diagnóstico erróneo y su salud fue deteriorándose día tras día. Debido a una infección generalizada le amputaron ambas piernas y le extirparon el útero y un ovario.
Tras una serie de reclamos y una importante batalla legal, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le ofreció una indemnización de 88.257 pesos mexicanos (unos 4.300 dólares).
Con ese dinero, la mujer no podría ni comprar una de las prótesis que necesita para movilizarse. El dinero no cubre ni siquiera una cuarta parte de los gastos que ha afrontado la familia.
Ante esta situación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) le hizo un reclamo al IMSS para que asuma su responsabilidad en el caso de Vanessa Dib.
La CNDH consideró “que el pronóstico de vida de la víctima es grave por las complicaciones derivadas de la inadecuada atención médica que le dejaron secuelas permanentes” y llamó a atenderla de manera íntegra.
Debido a las repercusiones del caso, el IMSS aceptó el reclamo y se puso a trabajar en “la reparación integral del daño”, enumerando otras medidas que se adhieren a la atención a la víctima, entre las que ha incluido la dotación de prótesis.
