Los bancos que se suelen encontrar en plazas y/o parques son empleados por los ciudadanos para tomar un descanso, dormir y entablar una relación con un amigo o pareja. Sin embargo, la creación de un nuevo diseño se contrapone a la versatilidad que nos permite comúnmente este objeto.
Se trata del banco Camden, un tipo de mobiliario urbano de hormigón que solo se puede encontrar en las calles de Londres, Inglaterra, y cuyas características le otorga a la persona realizar una única acción: sentarse.
Este objeto ha sido diseñado específicamente para influir en el comportamiento del público al restringir el comportamiento indeseable y, en cambio, ser utilizable solo como un banco, un principio conocido como arquitectura hostil.
Debido a que el diseño se “define mucho más por lo que no es que por lo que es”, el banco ha sido llamado el “anti-objeto perfecto” y una “obra maestra de diseño desagradable”.
Sus características y finalidad
Producido por la empresa británica Factory Furniture, el banco está diseñado para disuadir el uso para dormir, tirar basura , andar en patineta. Además, no permite que dos personas puedan demostrarse afecto en público, ya que no se pueden ubicar una enfrente de la otra.
Intenta lograr esto principalmente a través de superficies angulares (disuadiendo a los que duermen y a los que patinan en patineta), la ausencia de grietas o escondites y materiales no permeables (a través de una capa impermeable anti-pintura).
A su vez, el banco no está asegurado al suelo y se puede mover con una grúa que se fija a los puntos de anclaje incorporados. Debido a su peso, también está diseñado para funcionar como un obstáculo.
Diversidad en la crítica
El banco Camden recibió críticas por ser un excelente ejemplo de una tendencia más amplia de diseño urbano que es anti- personas sin hogar , conocida como arquitectura hostil. Los críticos afirman que es emblemática de una sociedad en la que la libertad en el espacio público se ha reducido y la desviación de las formas de comportamiento aceptadas se ha hecho imposible.
La crítica popular se centró en subvertir las restricciones impuestas por el banco, como intentar andar en patineta sobre él.