Por diversas razones, muchas personas de edad avanzada no concluyeron sus estudios. De todas formas, en la actualidad hay muchas formas de terminar ya sea la secundaria e incluso la primaria con diferentes programas.
Siguiendo en esta línea, se conoció el caso de una bisabuela oriunda de Uruguay que logró terminar la escuela primaria a sus 93 años. La mujer se convirtió en un ejemplo de superación.
Según reveló el diario El País, en Uruguay el 1,2% de la población no sabe leer, ni escribir. Un dato de la Encuesta Continua de Hogares muestra que 8,7% de los mayores de 25 años no cuentan con educación formal. Además, el estudio revela que el analfabetismo se duplica entre quienes tienen más de 65 años, sobre todo, en la población rural.
La historia de Blanca Ida Saavedra
Cuando era una niña, Blanca sólo logró llegó hasta el tercer grado. Sin embargo, nunca se rindió y a sus 93 años decidió concluir sus estudios primarios. La bisabuela, al igual que sus ochos hermanos, tuvo que abandonar la escuela para sembrar maíz y apoyar en las tareas de arado a su familia en Flores. Es por ello que priorizó el trabajo antes que la educación.
Según reveló la madre de cuatro hijos al diario El País, caminaba tres kilómetros para poder llegar al colegio. Además, detalló que como sólo tenía un par de zapatos se los quitaba para hacer el recorrido a pie y no estropear los únicos que tenía.
Un ejemplo de superación
Como su esposo tampoco fue a la escuela, ella aprendió a leer y a escribir para poder llevar las cuentas de su hogar. Le hubiese encantado ser maestra, pero en lugar de enfocarse en ella se ocupó de que sus hijos estudiaran y comprendieran la importancia de hacerlo.
Una de sus hijas logró recibirse como educadora y llegó a ser inspectora, además su bisnieta, Eloísa Escondeur, también se dedica a la enseñanza.
Su bisnieta fue su maestra
La bisabuela contó con mucho orgullo que fue su bisnieta quien la pasa a buscar para ir juntas a la escuela tres veces por semana. Además, reveló que eso la motiva y la hace “más feliz”, debido a que se distrae y la mente no se le “achica tanto”.
“El asunto es que veo poco, entonces le pido que haga las letras y los números grandes y que no use lápiz conmigo, sino tinta”, afirmó la bisabuela, quien tiene como meta culminar el ciclo básico en un año.