El coronavirus dejó el miércoles un sombrío balance en los dos países más afectados por la pandemia: Estados Unidos superó las 150.000 muertes y Brasil, las 90.000. Números que indudablemente preocupan.
Este virus que apareció en China a fines del año pasado no da tregua en Estados Unidos, donde se acumulan 4,38 millones de infecciones desde el anuncio del primer caso el 21 de enero.
El epicentro estadounidense está ahora en Florida: con 21 milllones de habitantes, el tercer estado más poblado del país reportó un récord de 216 muertes diarias.
”Estamos permitiendo que el virus corra a la deriva”, declaró a MSNBC el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber, ante las dificultades para frenar los contagios.
Ante el recrudecimiento de las infecciones en el país, el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central), Jerome Powell, exhortó a los políticos a tomar nuevas medidas para apoyar la economía. Como se esperaba, la Fed anunció que mantendrá sus tasas de referencia de préstamos en un rango de 0 a 0,25%.
En Latinoamérica, la región del mundo con más contagios, Brasil reportó en las últimas 24 horas 1.595 nuevos decesos, sumando 90.134, así como 69.074 nuevas infecciones, acumulando 2,5 millones desde el primer caso en febrero.
Pero los expertos estiman números reales mucho más altos ante la falta de pruebas diagnósticas. En este país de 212 millones de habitantes, el combate al brote ha estado marcado por una falta de coordinación de las autoridades federales y estatales y el escepticismo del presidente, Jair Bolsonaro, que sigue minimizando la gravedad de la situación.