El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo este lunes que su país mantendrá la presión diplomática sobre Corea del Norte “hasta que el régimen de Pyongyang cambie de rumbo”. Durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo surcoreano, Park Jin, Blinken dijo que la presión continuará a menos que Corea del Norte se comprometa con Estados Unidos, sus socios y aliados “en la diplomacia y el diálogo”.
Blinken también dijo que la presión “se incrementará según corresponda” y lanzó una advertencia a Pyongyang para que no realice lo que sería la séptima prueba nuclear en su historia. En este sentido, Blinken dijo que EE.UU. permanece “extremadamente vigilante” y que ha preparado su respuesta en coordinación con sus aliados y socios, principalmente Corea del Sur y Japón. ”Estamos preparados para hacer ajustes a corto y largo plazo en nuestra postura militar según corresponda”, afirmó Blinken, haciendo referencia a Corea del Sur.
Blinken dijo que una prueba nuclear sería “peligrosa” y “profundamente desestabilizadora para la región” y señaló que “violaría descaradamente el derecho internacional establecido en múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. Por su parte, Park dijo que “cualquier provocación de Corea del Norte, incluida una prueba nuclear, será recibida con una respuesta unida y firme de nuestra alianza y la comunidad internacional” y expresó que estaba “especialmente preocupado por la retórica cada vez más agresiva de Corea del Norte con respecto al uso de armas nucleares tácticas”.
El 8 de junio, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón anunciaron planes para reforzar sus lazos de seguridad y acordaron contrarrestar conjuntamente las amenazas de Corea del Norte si Pyongyang realiza otra prueba nuclear. El 27 de mayo, China y Rusia vetaron nuevas sanciones del Consejo de Seguridad contra Corea del Norte en represalia por sus continuas pruebas de misiles balísticos, las cuales realiza en violación de resoluciones anteriores del Consejo.