En Ecuador, los conflictos dentro de cárceles han dejado, en lo que va de año, 316 presos muertos, una cifra siete veces mayor a la registrada el año anterior. Por este motivo, la CIDH ha anunciado en las últimas horas que visitará el país suramericano para analizar de cerca la situación y sus consecuencias.
La comisión ha expresado su “preocupación” ante los “graves hechos” ocurridos en el Centro de Privación de la Libertad Guayas No. 1, que resultaron en al menos 68 presos fallecidos, mientras que ha urgido a adoptar “medidas inmediatas y efectivas para garantizar los derechos a la vida e integridad personal de quienes están bajo su custodia; a investigar estos hechos, identificar y sancionar a los responsables; y a prevenir su repetición”.
En un comunicado compartido este miércoles, la CIDH ha informado que viajará al país latinoamericano en una visita de trabajo del 1 al 3 de diciembre para analizar la situación de los presos ecuatorianos, que enfrentan altos niveles de violencia.
Partiendo de estos hechos, la CIDH ha detallado que “toma nota de las medidas de seguridad adoptadas por el Estado para recuperar el orden” de la prisión en la que se ha registrado el último incidente con “el despliegue de cerca de 1.000 efectivos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas, distribuyéndose 500 policías en el interior del centro y 400 en el perímetro, y personal de las Fuerzas Armadas en el exterior”.
Entre abril y julio se registraron más revueltas en centros de Guayaquil y Lacatunga, con 30 reclusos muertos que se suman al fatal conteo, llevando al presidente Lasso a decretar el estado de emergencia para el sistema penitenciario. Dos meses después, se rompió lo que parecía ser una aparente tregua y se produjo hasta ahora el incidente más sangriento de todos, el de la Penitenciaría del Litoral.