Tras el fracaso en el establecimiento de una mesa de diálogo entre el Gobierno de Ecuador y la agremiaciones indígenas y participantes en los 10 días de paro nacional, la crisis social y política se ha vuelto más violenta en diversas ciudades como Quito, Puyo o Guayaquil
Si bien este miércoles se iniciaron conversaciones para establecer la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), líder convocante de la movilizaciones, ésta publicó un comunicado rechazando encuentros para poner fin a más de una semana de fuertes manifestaciones. El gremio indígena afirmó que no existen condiciones para llevarlo a cabo y señaló a la Administración de Guillermo Lasso de “engañar” con conversaciones previas.
Por su parte, el ministro del Interior de Ecuador, Patricio Carrillo, indicó que tienen registro de 18 policías desaparecidos y seis capturados por manifestantes en la ciudad amazónica de Puyo. Carrillo también dijo que seis agentes han resultado heridos y 18 vehículos han sido incendiados.
La creciente violencia ha dejado hasta el momento dos muertos, en cifras oficiales, uno de ellos presumiblemente víctima de la explosión de una bomba en la cabeza, según informó el Gobierno a última hora de la noche del miércoles. La policía ha pedido “que la autopsia se realice con transparencia con médicos forenses que no pertenecen a la institución”, aseguró el ministro Carrillo. ”Intentaron prender fuego al personal policial dentro de los vehículos de patrulla”, agregó Carrillo. “Estos actos no son protestas sociales, son actos criminales”.
“La gente en estado de ebriedad generó turbas impresionantes que no permitieron que la gente recibiera atención médica, ambulancias, alimentos. La escasez en la ciudad ya alcanzaba niveles intolerables”, dijo Carrillo en una conferencia de prensa. Las protestas se tornaron violentas el martes cuando los manifestantes se enfrentaron a la policía y a los soldados con explosivos y armas. La policía antidisturbios se enfrentó a los manifestantes utilizando gases lacrimógenos.
Las protestas antigubernamentales en Ecuador entraron en una segunda semana y las tensiones están aumentando entre la policía y los indígenas, que entraron el domingo en la capital del país, Quito. Indígenas, estudiantes y organizaciones sociales piden al presidente Guillermo Lasso que baje los costos de la gasolina y los productos agrícolas, que revierta la privatización de los servicios públicos y que detenga el desarrollo petrolero y minero adicional, entre otras concesiones.
Lasso ha dicho que está abierto al diálogo, pero ha subrayado que las autoridades no permitirán que los grupos políticos desestabilicen el país. Los líderes indígenas han impuesto una serie de condiciones para las conversaciones y han advertido que las protestas continuarán hasta que Lasso ceda a sus demandas.
El país declaró a última hora del viernes el estado de excepción en tres provincias. “Me comprometo a defender nuestra capital y nuestro país”, dijo el presidente Lasso en la televisión ese día. Los indígenas representan alrededor de un millón de los 17,7 millones de habitantes de Ecuador.