Arne Espeel era un joven belga de 25 años que atajaba para el Winkel Sport B, un equipo de la Segunda División Regional de la provincia de West Flanders. El futbolista se convirtió en cuestión de segundos en héroe y luego en víctima ya que durante un partido logró atajar un penal pero segundos después se desplomó inconsciente.
Varios intentaron socorrerlo y brindarle primeros auxilios, sin embargo Espeel fue declarado muerto al llegar al hospital.
El hecho, de por sí doloroso, se cargó todavía de un drama mayor ya que la familia de Aaron estaba presente en el lugar: el hermano pequeño de Arne se encontraba en el banco de suplentes, mientras que los padres estaban entre el público. Además, el primo de la víctima, Emiel Debusseré, estaba en la cancha como capitán.
“Nos vamos dando cuenta poco a poco, pero seguimos en estado de shock. Arne era una persona muy sociable y motivada, una auténtica figura de liderazgo. En nuestro equipo, muchos lo admiraban”, relató en charla con KW.
Arne no estaba casado, pero tenía novia. Vivía con sus padres y tenía un hermano mayor y otro menor. El portero se graduó como ingeniero comercial y luego se fue a trabajar a Picanol en Ypres, donde asumió como Ingeniero de Proyectos de la Cadena de Suministro, detalló Infobae.
Winkel Sport declaró tres días de luto. “Inmediatamente nuestros jugadores se dieron cuenta de que pasaba algo grave”, explicó el director deportivo Wim Dupont un día después de los hechos.
“Se avisó a los servicios de emergencia a los pocos segundos que se desplomó y algunos de los jugadores que tenían conocimiento en primeros auxilios iniciaron la reanimación. Al final, Arne fue trasladado al hospital en estado crítico. Allí acabó falleciendo. Cuando llegó esta noticia, había mucho silencio en nuestro comedor. Así que realmente pasamos de la euforia por el penal atajado a una gran tristeza en cuestión de segundos”, aseguraron desde el club.