Dinamarca: miles de personas protestaron contra la eliminación de un feriado para aumentar el presupuesto de Defensa

La OTAN exige un aumento del gasto de sus miembros en defensa para enfrentar a Rusia en bloque, pero los civiles son cada vez más reacios a que ese dinero salga de sus bolsillos.

Mette Frederiksen, primera ministro de Dinamarca, acorralada por su propuesta de eliminar un día festivo para aumentar el gasto en Defensa.
Mette Frederiksen, primera ministro de Dinamarca, acorralada por su propuesta de eliminar un día festivo para aumentar el gasto en Defensa.

Miles de daneses llenaron este domingo los alrededores del Parlamento en Copenhague en protesta por los planes del Gobierno de eliminar un festivo para aumentar el gasto en defensa a raíz de la guerra en Ucrania, una medida que ha puesto en pie a toda la oposición, los sindicatos, la Iglesia luterana y buena parte de la población.

El plan forma parte del pacto de gobierno presentado hace dos meses por el Ejecutivo de la socialdemócrata Mette Frederiksen, que incluye también a los liberales y a un nuevo partido de centro. Pretende que el Estado danés recaude así 3.200 millones de coronas (430 millones de euros) que ayuden a adelantar a 2030 el compromiso con la OTAN de destinar el 2 por ciento del PIB a defensa.

“Espero que el Gobierno escuche, vea esto y constate que se trata de una cuestión popular y una acción que no debe realizar”, dijo Lizette Risgaard, secretaria general de la Confederación de Sindicatos Daneses, que agrupa a 79 organizaciones sindicales y a 1,4 millones de trabajadores, en un país con una población de unos 5,7 millones.

Los sindicatos, que han recogido más de 460.000 firmas en contra de la eliminación en una iniciativa en internet, han calificado la medida de “ataque directo” al modelo danés, que se basa en que son los actores del mercado laboral quienes negocian los convenios sin intervención del Gobierno.

La elección del día festivo a eliminar, el denominado Gran Día del Rezo, una festividad protestante que se celebra el cuarto viernes después de Pascua, ha chocado frontalmente también con la Iglesia nacional luterana. Tanto los obispos como varias organizaciones religiosas acusan al Ejecutivo de “ruptura” con la tradición, mientras las juventudes socialdemócrata y liberal se han manifestado también en contra del plan.

El diario Politiken, el más prestigioso del país y considerado de centroizquierda, ha calificado el plan de “autogol incomprensible” y “una vinculación político-moral poco seria” en una región que se ha mantenido al margen de expresiones tanto de apoyo como de rechazo al conflicto ruso-ucraniano, pero que ahora se ha unido en contra de que les quiten tradiciones y días de descanso para financiar la compra de armas para Zelenski.

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