El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó el lunes a Estados Unidos de imponer “una política de asfixia económica para provocar estallidos sociales en el país”, un día después de las históricas manifestaciones, mientras que mandatario estadounidense, Joe Biden, le pidió que “escuche a su pueblo”.
En una transmisión en directo en televisión y radio, el dirigente comunista, rodeado de varios de sus ministros, aseguró que su gobierno trata de “enfrentar y vencer” las dificultades ante las sanciones de Estados Unidos, reforzadas desde el mandato de Donald Trump.
”¿Qué quieren con estas situaciones?, provocar estallidos sociales, provocar incomprensiones” entre los cubanos, pero también “el famoso cambio de régimen”, denunció el presidente.
Los impulsores de las protestas “tuvieron la respuesta que merecían y la seguirán teniendo, como en Venezuela”, un gran aliado de Cuba, añadió.
Por su parte, Biden pidió al “régimen cubano que, en lugar de enriquecerse, escuche a su pueblo y atienda sus necesidades”, indicó en un comunicado.
”Estamos con el pueblo cubano y su claro llamado a la libertad”, dijo.
El internet móvil, que llegó a Cuba a finales de 2018 y permitió la transmisión en vivo de unas 40 protestas antigubernamentales en toda la isla el domingo, seguía cortado el lunes por la mañana.
Marcha histórica contra el comunismo en Cuba
Miles de cubanos, hartos de la crisis económica, que ha agravado la escasez de alimentos y medicinas y ha obligado al gobierno a cortar la electricidad durante varias horas al día, salieron espontáneamente a la calle el domingo en decenas de ciudades y pueblos de todo el país, al grito de “Tenemos hambre”, “Libertad” y “Abajo la dictadura”.
Una movilización sin precedentes en Cuba, donde las únicas concentraciones autorizadas suelen ser las del Partido Comunista (PCC-único).
Si bien Díaz-Canel reconoció el descontento de algunos cubanos, dio a los revolucionarios “la orden de combate”, para que “salgan a las calles donde quiera que se vayan a producir estas provocaciones”.