Una adolescente vivió cinco años en un calvario junto a su padrastro, un mallorquín de 49 años que la esclavizaba sexualmente. El caso causó gran conmoción en la isla española, dado que trascendió que el hombre no solo abusaba de la joven que, al inicio de los hechos tenía 12 años, sino que también la encerraba en un pozo que hacía las veces de sótano.
La unidad de la Guardia Civil de España que investiga los delitos cometidos contra mujeres y menores de edad, Equipo Mujer-Menor (EMUME) se presentó en la vivienda ubicada en Algaida, Mallorca, tras recibir una denuncia de las Hermanas Oblatas -un grupo de religiosas que ayudan a mujeres en situación de vulnerabilidad. Las fieles alertaron que un hombre abusaba sexualmente de su hijastra y que la retenía en su casa.
Fue la propia víctima quien acudió a las religiosas, al enterarse de que su padre ya estaba comenzando a realizar los trámites para llevar a sus hermanas a vivir con ella. Es que, en 2015, el hombre visitó un país en África aparentando ser un filántropo. Allí, conoció a la menor y a su madre; con la promesa de darles una mejor vida, se casó con la mujer y la familia se mudó a la isla mediterránea. Sin embargo, las hermanas de la joven aún residen en su país natal.
Tras separarse en 2019, el hombre se quedó con la tenencia de la menor, anteponiendo la excusa de que ella estaría “mejor” bajo su cuidado, y facilitó una vivienda para la mujer. Ese mismo año comenzó el calvario de la nena de 12 años.
Aprovechándose de su situación y sumisión, el detenido habría abusado de la menor y, cuando ella no obedecía sus órdenes, la castigaba en un pozo secreto que mantenía oculto debajo de una mesa en su comedor. La menor soportaba la tortura por miedo a que el mallorquín la regresará a ella y a su madre a su país de orígen.
No obstante, la preocupación de que le ocurriera lo mismo a sus hermanas pudo más que su temor y, ya con 17 años, la joven denunció los hechos. Este jueves último, agentes de la Guardia Civil española registraron la casa del pederasta y llevaron a cabo la detención.
Por su parte, personal de EMUME encontró dispositivos tecnológicos, como USBs y discos duros, con Material de Abuso Sexual Infantil (MASI). Según precisaron medios locales, se sospecha que el hombre distribuía y, posiblemente, producía dicho contenido.