Investigaciones llevadas a cabo por científicos de la NASA confirmaron que la Tierra presenta un campo magnético de origen humano, que actúa como barrera frente a las radiaciones provenientes del Sol.
Dicho campo fue descripto por primera vez en 2017, luego del trabajo de las sondas de la misión Van Allen, las que registraron una suerte de escudo generado a partir de las emisiones de radio provocadas por los humanos a lo largo y ancho del planeta.
La hipótesis científica pudo ser confirmada gracias a los datos provistos por las sondas, las que confirmaron que gran parte de la radiación del Sol queda contenida en el escudo magnético de la Tierra debido a la “burbuja” radial.
Dicha burbuja es una suerte de cinturón que se extiende desde aproximadamente 640 a 9.600 km sobre la superficie del planeta, un cinturón exterior ocupa una altitud de aproximadamente 13,500 a 58,000 km y un tercero temporal, tal y como muestra una publicación en la revista Science Alert, y según cita 20minutos.es
Phil Erickson, del Observatorio MIT Haystack en Massachusetts, había detallado en 2017 que “Una serie de experimentos y observaciones han descubierto que, en las condiciones adecuadas, las comunicaciones de radio de baja frecuencia (VLF) pueden afectar las propiedades del entorno de radiación de alta energía alrededor de la Tierra”.
En tanto, la formación de la “burbuja protectora” se debe a que alrededor del planeta se producen comunicaciones en VLF y que se emiten desde estaciones en tierra para contactarse sobre todo con los submarinos.