Tres hombres fueron acusados en relación con un presunto complot orquestado por Irán para asesinar a personas en los Estados Unidos, incluido Donald Trump, quien por entonces era candidato a un segundo mandato presidencial. La denuncia penal, revelada este viernes en el Distrito Sur de Nueva York, detalla los esfuerzos de un grupo vinculado al régimen iraní para llevar a cabo este plan, que además incluyó la persecución de un disidente iraní en suelo estadounidense.
La denuncia está basada en los testimonios de un agente del FBI que detalla las entrevistas telefónicas con Farhad Shakeri, un ciudadano afgano y presunto agente del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés).
Según los detalles de la denuncia, Shakeri habría sido asignado en septiembre de 2023 para idear un plan para asesinar a Donald Trump, con un plazo hasta el 7 de octubre, coincidiendo con el aniversario de la masacre de israelíes por parte de Hamas. Sin embargo, según el relato, el plan fue detenido por la Guardia Revolucionaria debido a la falta de un plan claro por parte de Shakeri, quien indicó que sus superiores creían que Trump perdería las elecciones y que sería más fácil perseguirlo después de ser derrotado.
Los coacusados de Shakeri, Carlisle Rivera y Jonathan Loadholt, ambos residentes de Nueva York, fueron detenidos sin derecho a fianza y comparecieron ante un juez en Manhattan el jueves. Según la denuncia, los tres hombres fueron pagados por Irán para acechar a una disidente iraní, Masih Alinejad, quien ha sido blanco de intentos de asesinato por parte del gobierno iraní en el pasado. Alinejad, una periodista y activista, identificó públicamente su nombre en redes sociales como una de las víctimas mencionadas en la denuncia.
Shakeri, quien presuntamente se encuentra en Irán, es el único de los acusados que sigue prófugo. Según la acusación, Shakeri habría desarrollado una red de asociados criminales en los Estados Unidos mientras cumplía una condena por robo. Esta red habría ayudado a facilitar las acciones en nombre del régimen iraní, que ha sido acusado de llevar a cabo esfuerzos para vengar la muerte del general Qasem Soleimani, quien fue asesinado en un ataque con drones por parte de Estados Unidos en enero de 2020.
La denuncia también detalla otros objetivos del complot, como empresarios judíos estadounidenses que apoyan a Israel y turistas israelíes en Sri Lanka, para quienes Irán habría ofrecido grandes sumas de dinero con el fin de llevar a cabo asesinatos.
Reacciones y preocupaciones de seguridad
El director de comunicaciones de Donald Trump, Steven Cheung, declaró que el presidente electo estaba al tanto del intento de asesinato y subrayó que “nada disuadirá a Trump de regresar a la Casa Blanca y restaurar la paz en todo el mundo”. El Departamento de Justicia de EE. UU. destacó la amenaza de Irán, calificándola como “grave para la seguridad nacional” de Estados Unidos.
A lo largo de los últimos meses de su campaña presidencial, la seguridad de Trump se convirtió en una preocupación clave debido a varios incidentes, incluido un intento de asesinato el 14 de julio en un mitin en Butler, Pensilvania, y otro intento fuera de su campo de golf en West Palm Beach, Florida. Aunque no se ha confirmado que estos incidentes estén relacionados con el complot iraní, sí generaron mayores preocupaciones sobre la seguridad del expresidente y aumentaron las tensiones con el Servicio Secreto, que tuvo que intensificar las medidas de protección para el candidato.
Contexto del conflicto con Irán
Este complot se enmarca en un contexto más amplio de tensiones entre Irán y Estados Unidos, exacerbadas tras la muerte de Soleimani. En el pasado, Irán ha sido acusado de intentar asesinar a disidentes en suelo estadounidense, y este caso parece ser una continuación de esos esfuerzos, con un enfoque particular en figuras políticas y personas asociadas con el gobierno de EE. UU.
Aunque el complot no llegó a convertirse en una amenaza inminente, la acusación destaca la persistente actividad del régimen iraní en operaciones clandestinas y su disposición a recurrir a la violencia para alcanzar sus objetivos políticos.