Un padre de cinco chicos que decidió retrasar su vacunación contra el coronavirus le envió un dramático mensaje a su mujer, poco antes de morir en terapia intensiva a causa de la enfermedad.
Michael Freedy era un hombre de 39 años, oriundo de Estados Unidos y que estaba casado con Jessica DuPreez. Ambos tenían cinco hijos y la familia completa decidió irse de vacaciones, pero Freedy tomó una decisión que le costaría cara.
El sujeto y su mujer decidieron postergar la recepción de la vacuna contra el Covid-19 un año para ver los efectos que el medicamento producía en el resto de la gente. Luego de esto, la pareja planeaba ser inoculada.
El dolor de la viuda
“Solo tenía 39 años. Nuestros bebés ahora no tienen papá. No se puede decir ‘soy joven y eso no me afectará’, porque lo hará”, declaró Jessica tras la pérdida de su compañero.
“Esperaba estar 30 años más con él”, aseguró profundamente consternada.
Dos semanas antes de la muerte de Freedy, la familia había estado de vacaciones en San Diego. Al regresar, fue al hospital para revisarse las quemaduras por el sol y allí le diagnosticaron coronavirus por lo que le pidieron que se quedara aislado en casa.
No obstante, durante esa noche comenzó a sentirse mal y tuvo que volver a la clínica, donde los médicos descubrieron que tenía neumonía. Le administraron oxígeno durante varios días, pero su estado no mejoró.
Tras casi una semana, DuPreez recibió un mensaje de su prometido en el que decía: “¡Eh, cariño! Es importante. 911, 911, 911”.
“Muy bien, lo intenté. Me van a llevar a la UCI. ¡¡¡¡Te amo tanto con todo lo que soy!!!!”, aseguraba Michael para advertirle a su esposa sobre lo que le estaba pasando. Lo sedaron y los médicos lo intubaron, pero lamentablemente falleció hace dos días, con su pareja a su lado.
Sin embargo, en uno de los últimos mensajes a su esposa, Freedy alcanzó a decirle “Debería haberme puesto esa maldita vacuna”.