Un suceso inusual tuvo lugar en la ciudad de Springfield, Estados Unidos, luego de que un grupo de policías detuviera a un hombre por exceso de velocidad y al revisar su auto confundieran las cenizas de una nena de 2 años con metanfetaminas.
Dartavius Barnes estaba esposado dentro de un patrullero cuando un policía se acercó a decirle que habían encontrado un contenedor metálico en la consola central de su vehículo que dio positivo en metanfetaminas o éxtasis. Al escuchar la versión del policía el hombre lo miró confundido. Al cabo de unos minutos le mostraron la urna a la que se referían y se horrorizó.
“No, no, no, hermano, esa es mi hija. ¿Qué están haciendo, hermano? ¡Esa es mi hija!”, se podía escuchar gritar a Barnes en el video de la cámara corporal de los efectivos filmado en abril del 2020.
Barnes no paraba de repetirle al oficial que ese contenedor no era ninguna sustancia ilegal, sino que se trataba de los restos de Ta’Naja Barnes. La nena murió en 2019 cuando de manera negligente su madre, Twanka L. Davis, junto a su pareja dejaron que muriera de hambre, hipotermia y deshidratación. Ambos fueron sentenciados a 20 años de cárcel.
Después de escuchar el desesperado pedido del detenido, los policías comenzaron a debatir qué hacer con el contenedor. Miraban el polvo y continuaban repitiendo que el test de drogas había devuelto un resultado positivo. En realidad, luego se conoció que la prueba dio un falso positivo.
Finalmente los efectivos policiales decidieron liberar a Barnes cuando su padre llegó al lugar para confirmar que la urna se trataba de los restos de su nieta. Dartavius fue notificado para comparecer ante el tribunal por posesión ilegal de cannabis.
La decisión de abrir la urna de las cenizas de su hija sin su consentimiento llevó a Barnes a presentar en octubre una demanda federal contra seis oficiales del Departamento de Policía de Springfield y contra la ciudad de Springfield. La presentación judicial cnsidera que la urna sellada fue abierta ilegalmente y derramaron algunas de las cenizas mientras realizaban pruebas de detección de drogas.
El Departamento policial contestó a la demanda y consideró que los agentes “tienen derecho a inmunidad calificada ya que su conducta estaba justificada por una creencia objetivamente razonable de que su accionar era legal”. La ciudad de Springfield no se pronunció al respecto. Se prevé que el juicio se lleve adelante en agosto de 2022.