Habitantes del estado de Guyarat, ubicado en la India, se mostraron asombrados por cuatro esferas que cayeron desde el cielo y que impactaron con fuerza sobre el suelo. Tras el desconcierto inicial, la comunidad científica intentó descifrar el origen de estos misteriosos objetos.
Concretamente, el astrónomo estadounidense Jonathan McDowell, publicó un hilo de tuits sugiriendo que esos elementos podrían ser restos (de unos cinco kilos de peso) de un cohete lanzado por China que en esa misma fecha reingresó en la atmósfera.
“La tercera etapa del cohete Larga Marcha 3C serie Y86, que lanzó el satélite de comunicaciones ZX-9B en septiembre de 2021, ha reingresado hoy (...) Los parámetros orbitales son un poco inciertos debido a su órbita altamente elíptica con un perigeo muy bajo (de aproximadamente 100 kilómetros) que cambia rápidamente debido a la resistencia atmosférica. Pero parece coincidir con el reingreso sobre Guyarat (…) del cual se encontraron restos en el suelo”, escribió McDowell.
De confirmarse que la chatarra espacial que impactó en Guyarat proviene de un dispositivo chino, sería la segunda ocasión en menos de dos meses en la que restos de un equipamiento de la agencia espacial del gigante asiático caen en la India, detalla Crónica.
De acuerdo con el matutino Indian Express, a comienzos de abril varios fragmentos “llovieron” en una zona rural al oeste de ese país, incluyendo un gran anillo metálico.
En aquella ocasión, la Agencia India de Investigación Espacial dijo que esos elementos provenían de un cohete de China, aunque las autoridades de ese país no refirieron al incidente en forma pública.
En mayo de 2021, la NASA criticó con dureza a China por el cohete fuera de control que cayó en el Océano Índico. La agencia espacial de Estados Unidos en la ocasión calificó a las autoridades del gigante de Asia como “irresponsables” con su basura espacial. El Long March 5B orbitó por casi 48 horas sin control y provocó preocupación en todo el mundo.
Basura espacial
La era espacial comenzó en los años 50 y se han puesto en órbita miles de cohetes y otros tantos satélites. Solo el 3 de febrero SpaceX lanzó 49 a la órbita baja de la Tierra para su servicio Starlink, la mayoría inutilizados poco después por una tormenta geomagnética.
Tras seis décadas de carrera espacial y más de 8.000 aparatos enviados al universo, esa dejadez tiene una consecuencia evidente: muchos se quedan allí, acumulándose en un basurero flotante.
Como un descomunal enjambre, hoy rodean el globo unas 8.500 toneladas de desperdicios, en parte satélites completos y en parte fragmentos resultantes de explosiones y choques, así como piezas de los cohetes con los que se propulsan. A ellos se suman, en el gran basurero que nos rodea, los micrometeoritos de origen natural.