Ruanda y Camerún anunciaron el miércoles importantes cambios en sus fuerzas de seguridad que afectan al personal militar de alto rango, horas después del anuncio de un nuevo golpe de Estado, esta vez producido en Gabón.
En Ruanda, el presidente Paul Kagame retiró a cientos de militares de sus puestos, mientras que ascendió a varios militares jóvenes y nombró nuevos generales para encabezar divisiones del ejército estacionadas en diferentes partes del país. Una declaración de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (RDF) indica que Kagame aprobó mandar al retiro a “una docena de generales, 83 oficiales superiores y seis oficiales subalternos”.
Kagame también autorizó mandar al retiro a 86 suboficiales de alto rango, según el comunicado. Al menos 678 militares pasaron a la reserva después de que finalizaran sus contratos, mientras que otros 160 fueron dados de baja por motivos médicos. La declaración indicó que muchos miembros de la vieja guardia que lucharon en la “guerra de liberación” de Ruanda en 1994, como el general James Kabarebe, el general Fred Ibingira y el teniente general Charles Kayonga, se encontraban entre los jubilados.
Tanto Kabarebe como Kayonga sirvieron anteriormente como jefes del Estado Mayor de la Defensa del ejército ruandés durante períodos separados. Kagame también ascendió a varios oficiales jóvenes al rango de coronel y nombró nuevos generales para encabezar las divisiones militares. Otros retirados incluyeron al teniente general Frank Mushyo Kamanzi, embajador de Ruanda en Rusia, y al general de división Albert Murasira, ex ministro de Defensa.
Mientras tanto, en Camerún, el presidente Paul Biya, uno de los líderes con más años de servicio en África, también hizo nuevos nombramientos en la unidad administrativa central del Ministerio de Defensa, según un decreto hecho público en las redes sociales.
El continente ha entrado en una nueva etapa este año, cuando los golpes de Estado se comenzaron a multiplicar entre países que atravesaban profundas crisis económicas e institucionales. El primero de ellos fue Sudán, y luego le siguieron Mali, Burkina Faso, Níger y en las últimas horas, Gabón.
Y a pesar de que las características de cada uno son diversas, lo cierto es que todos tienen en común haber sido durante siglos colonias europeas y, teniendo innumerables riquezas naturales, sus poblaciones viven mayoritariamente en la extrema pobreza.