Aumenta la represión y persecución contra la oposición venezolana y la población civil tras las denuncias por fraude electoral del pasado 28 de julio. Desde el exterior, la comunidad internacional redobla esfuerzos para incrementar las condenas por la violencia y para, de una vez por todas, hallar una solución pacífica a la grave crisis que atraviesa el país caribeño.
En ese marco, varios gobiernos mantienen abiertos los canales directos con las autoridades chavistas para negociar posibles alternativas para encontrar una solución a la crisis. Algunos de esos esfuerzos se realizan en público, pero otros en privado, con total hermetismos. Aunque las relaciones entre Caracas y Washington siguen siendo distantes, durante el gobierno de Joe Biden ha habido contactos casi de forma permanente.
Según reportó hoy el diario The Wall Street Journal, Estados Unidos ofreció al dictador Maduro amnistía a cambio de que abandone el poder por la vía pacífica. De acuerdo con fuentes familiarizadas con las negociaciones secretas, las autoridades norteamericanas se mostraron dispuestas a indultar a Maduro y a su círculo cercano, quienes enfrentan graves acusaciones por parte del Departamento de Justicia.
“El gobierno estadounidense ha puesto todas las opciones sobre la mesa para persuadir a Maduro de que se vaya antes de terminar su mandato en enero”, afirmó una persona involucrada en las conversaciones, citada por The Wall Street Journal. Asimismo, Washington también estaría dispuesto a ofrecer garantías de no extradición a las principales figuras del régimen venezolano, incluido el dictador.
Denuncias de persecución en Venezuela
En las últimas horas, venezolanos denunciaron que en el barrio 23 de Enero de Caracas colectivos chavistas marcaron las casas en forma intimidatoria de quienes salieron a protestar en contra del gobierno. Según detalló el diario venezolano El Nacional, las casas que fueron marcadas pertenecen a miembros de la agrupación La Piedrita, afín a la doctrina bolivariana, uno de los más grandes y con más poder del barrio, de acuerdo al medio.
“Son demasiadas casas. Eso indica que hay un gentío en contra del gobierno en la propia área de los colectivos (chavistas)”, manifestaron fuentes consultadas por el diario venezolano. Las viviendas quedaron marcadas con una letra X en color negro. De esta forma los vecinos que quieren protestar son individualizados y amenazados de secuestro si lo intentan.
Cabe mencionar que el barrio 23 de Enero es una zona popular de Caracas, donde se encuentran los restos del fallecido presidente Hugo Chávez. Sin embargo, desde que Maduro se proclamó ganador y la comunidad internacional no reconoció el triunfo, las cacerolas resonaron con fuerza en rechazo a la proclamación.