Acusada por el gobierno de Volodimir Zelenski de ser “prorrusa”, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana es blanco de persecución y hostigamiento creciente desde hace ya algunos meses. Este fin de semana, la situación se tornó violenta.
Un grupo de soldados fuertemente armados y cargando banderas ucranianas, interrumpió una celebración religiosa en el Monasterio y obligó a los presentes a salir del templo. Una vez afuera, uno de los soldados, identificado en los videos que circulan como Ruslan Hetman, separa a un sacerdote y le ordena tomar la bandera de Ucrania a los gritos. “¡Si amas a Ucrania, toma la bandera! ¡Toma la bandera, rápido” se escucha en el video, a lo que el sacerdote responde: “Amo a Dios”. El soldado, que le muestra con vehemencia la bandera, replica: “¡En ucraniano, maldito moscovita, habla en ucraniano!”.
Según se pudo verificar, el sacerdote en cuestión se llama Dominik Milko, es ciudadano suizo y originario de Eslovaquia. Trabaja como lector en la Iglesia de San Nicolás de Basilea y llegó a Kiev para expresar su apoyo a los creyentes de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana. Las imágenes del hecho fueron capturadas por un fiel que estaba presente y difundidas luego por las redes de la propia Iglesia.
Por su parte, el soldado que protagoniza la situación fue protagonista de las noticias en 2018, cuando los medios de Ternopol, oblast de la región oeste de Ucrania, informaron sobre sus actividades fraudulentas relacionadas con la recaudación de dinero para las necesidades de los huérfanos, en lo que fue un escándalo que rápidamente desapareció de los medios.
El Monasterio de las Cuevas de Kiev está en el centro de esta persecución. A finales de marzo, las autoridades ucranianas solicitaron que los monjes abandonaran el lugar, mientras que el ministro de Cultura de Ucrania, Alexánder Tkachenko, afirmó que su ministerio realizará una auditoría de las piezas del museo, incluidas las reliquias de santos, que se encuentran en la Lavra.