Según un nuevo estudio publicado por investigadores del Ralph Veterinary Referral Center (RVRC) en Marlow, al sur del condado de Buckinghamshire, Inglaterra, los perros y gatos que se contagiaron de coronavirus, con la cepa británica, presentaron manifestaciones “atípicas” tales como anomalías cardíacas graves y un profundo deterioro del estado de salud.
En el documento se dieron a conocer las primeras mascotas que obtuvieron resultado positivo por covid-19 bajo la variante B.1.1.7. De igual manera la información es muy reciente para saber el grado de contagio animal - humano y viceversa, aunque muchos propietarios de estos animales presentaron síntomas compatibles con la enfermedad de 3 a 6 semanas antes que sus perros o gatos.
“Las mascotas domésticas pueden contraer la infección por SARS-CoV-2 pero, según la información limitada disponible hasta la fecha, se desconoce si la nueva variante británica B.1.1.7 puede infectar más fácilmente a ciertas especies animales o aumentar la posibilidad de transmisión humano animal “, señalaron los especialistas del hospital veterinario.
En este estudio, los investigadores reportaron “los primeros casos de infección de perros y gatos domésticos por la variante británica B.1.1.7 del SARS-CoV-2 diagnosticada en un hospital veterinario especializado”.
La novedad que detectaron los veterinarios es que “todas estas mascotas infectadas con B.1.1.7 desarrollaron manifestaciones clínicas atípicas, incluidas anomalías cardíacas graves secundarias a miocarditis y un deterioro profundo del estado de salud general, pero sin signos respiratorios primarios”.
En este sentido, los investigadores sostuvieron que estos hallazgos “plantean preguntas sobre la patogenicidad” del coronavirus en los animales y podrían reabrir el debate sobre su papel en la dinámica del brote de SARS-CoV-2 “.
Primer caso de la variante británica en mascotas
Como antecedente, el 19 de marzo pasado los laboratorios del Instituto Zooprofiláctico Experimental de Piamonte Liguria y Valle d’Aosta (IZSPLV) anunciaron que identificaron el primer caso de la variante inglesa del SARS-CoV-2 (linaje B.1.1.7) en un gato.
“La positividad del gato no debe generar alarmas”, expresó en un comunicado Bartolomeo Griglio, jefe de Prevención de la Región de Piamonte, e empleó que “debido a la enfermedad de sus dueños, las mascotas se encuentran viviendo en ambientes con una fuerte circulación viral y por lo tanto, no es inesperado que ellos también pueden contraer la infección“.
Griglio aclaró que, no obstante, “no hay evidencia científica de que jueguen un papel en la propagación de Covid-19”, y que “el contagio interhumano sigue siendo la vía principal de propagación de la enfermedad”.