Luego de dos años, China registró un rebrote de la variante ómicron y decidió tomar medidas para evitar que el virus se siga propagando. La ciudad de Shenzhen tuvo más de mil casos en 24 horas y decidió confinar a sus 17 millones de habitantes.
Los habitantes deberán permanecer en sus casas y solo una persona podrá salir una vez cada dos días de su domicilio. Además, se ordenó el cierre de escuelas, comercios y transporte público.
El centro tecnológico comenzó el confinamiento este domingo para frenar el brote de la variante ómicron, según anunció el gobierno local.
Shenzhen estableció el cierre selectivo para 11 distritos con pruebas masivas. Además, el aumento de casos asintomáticos locales provoca rumores de cierre de toda la ciudad en Shanghái.
Se trata del peor brote de coronavirus en dos años de pandemia. La urbe que acoge a los gigantes tecnológicos de Huawei y Tencent decidió tomar estas medidas luego de notificar 66 nuevos casos.
Sin embargo, un científico chino de alto nivel declaró la semana pasada que el país debería intentar vivir con el virus y que las autoridades podrían abandonar su estrategia de “Covid cero” en “un futuro próximo”. Pero, las autoridades no parecen dispuestas a abandonar su estrategia.
“Debemos perfeccionar las medidas constantemente” contra la epidemia, indicó el primer ministro, Li Keqiang, durante un discurso ante los diputados el 5 de marzo pasado. Las medidas se han endurecido en numerosas partes del país, como en Shanghai, la ciudad más poblada de China (25 millones de habitantes) donde los alumnos deberán seguir las clases online.