Barack Obama expresó el lunes confianza en las conversaciones climáticas de la ONU de que el gobierno del presidente Joe Biden finalmente apruebe su paquete climático de 555.000 millones de dólares en el Congreso. Además, criticó a China y Rusia por lo que calificó como una “peligrosa falta de urgencia” para reducir sus propias emisiones.
La cumbre climática en Glasgow, Escocia, es la primera en la que participa el expresidente de Estados Unidos desde que ayudó a lograr el triunfante acuerdo climático de París en 2015, cuando las naciones se comprometieron a reducir las emisiones por combustibles fósiles y agricultura lo suficientemente rápido para mantener el calentamiento de la Tierra por debajo de niveles catastróficos. Desde entonces, las cumbres climáticas han sido menos decisivas, sobre todo cuando Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, se salió del acuerdo de París. El presidente Joe Biden, poco después de asumir el cargo, se volvió a unir.
La aparición de Obama al margen de las conversaciones tiene el objetivo de recordar a los gobiernos el entusiasmo que rodeó al notable acuerdo de París y exhortarles a tomar más medidas concretas e inmediatas para poner en acción el pacto. En 2015 la sintonía entre los negociadores del gobierno de Obama y sus homólogos chinos fue considerada como un camino hacia el acuerdo global de París; hoy Obama criticó al presidente chino Xi Jinping y al presidente ruso Vladimir Putin por no unirse a otros líderes mundiales en las conversaciones climáticas de Glasgow.
“Me sentí particularmente desmotivado al ver que los líderes de dos de los emisores más grandes del mundo, China y Rusia, se negaron incluso a asistir a los procedimientos, y sus planes nacionales reflejan lo que parece ser una peligrosa falta de urgencia”, dijo Obama en los comentarios preparados.
Horas antes, Obama habló en una sesión de naciones isleñas del Pacífico, incluidas algunas cuya existencia se ve amenazada por los niveles oceánicos crecientes conforme la Tierra se calienta.
