Una corte en Alemania condenó el martes a una anciana de 97 años por ser cómplice del asesinato de más de 10.000 personas en el campo de concentración nazi de Sutthof durante la Segunda Guerra Mundial.
Irmgard Furchner estaba acusada de formar parte del aparato que mantenía el campo en funcionamiento. La mujer trabajaba como secretaria en el campo nazi. Según la agencia alemana de noticias DPA, la corte estatal de Itzehoe impuso a Furchner una condena suspendida de dos años de cárcel.
Stephane Dujarric, vocero del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que el fallo muestra que “nunca es tarde para asegurar que se rindan cuentas por crímenes de tan horrible naturaleza’'.
La fiscalía acusó a Furchner de haber “ayudado e incitado a las personas al mando del campo en el asesinato sistemático de los encarcelados allí entre junio de 1943 y abril de 1945 en su labor como taquígrafa y mecanógrafa en la oficina del comandante del campo’'.
La sentencia estaba en línea con lo que pedía la fiscalía, mientras que la defensa había pedido la absolución con el argumento de que las pruebas no habían demostrado más allá de la duda razonable que Furchner estuviera al tanto de los asesinatos sistemáticos en el campo, lo que implicaba que no había pruebas de intencionalidad, como requiere la responsabilidad penal.
En su declaración final, Furchner dijo que sentía lo ocurrido y lamentaba haber estado en Stutthof en esa época. La mujer había sido juzgada en una corte juvenil porque tenía menos de 21 años en el momento de los supuestos crímenes.
En el inicio de su juicio en septiembre de 2021, la mujer trató de escapar pero más tarde fue localizada por la Policía y pasó varios días detenida.
Campo de concentración nazi de Sutthof
Stutthof, utilizado en principio para reunir a judíos y polacos no judíos expulsados de Danzig, ahora la ciudad polaca de Gdansk, se utilizó desde aproximadamente 1940 como “campo de educación de trabajo’', a donde se enviaba a trabajadores forzosos, principalmente ciudadanos polacos y soviéticos, para cumplir sentencias. A menudo, los presos morían.
Desde mediados de 1944, decenas de miles de judíos procedentes de guetos en el Báltico y de Auschwitz llenaron el campo junto con miles de civiles polacos detenidos en la brutal represión nazi del Alzamiento de Varsovia.
El recinto también retenía a presos políticos, personas acusadas de crímenes o de actividad homosexual y Testigos de Jehová, informó la agencia de noticias Associated Press.
Más de 60.000 personas fueron asesinadas allí con inyecciones letales de gasolina o fenol directamente al corazón, baleados o por hambre. Otros fueron obligados a salir al exterior sin ropa en invierno hasta morir, o eran asesinados en una cámara de gas.